Caracas. Betsabeth Casique ahorró dinero durante ocho meses para comprar pasajes y salir de Venezuela con sus tres hijos. Cada pasaje cuesta cerca de un 1,4 millones de bolívares, lo mismo que gana en un mes en su trabajo como enfermera.
Es menos de dos dólares a la tasa del mercado paralelo.
Cuando el presidente Nicolás Maduro ganó los comicios el domingo y se aseguró otros seis años de gobierno en unas elecciones que la oposición y gobiernos extranjeros calificaron como ilegítimas, Casique decidió irse, primero hacia la ciudad fronteriza de San Cristóbal y de allí a Cúcuta, en Colombia.
"Esa fue la gota que rebasó el vaso de agua, lo que me impulsó a hacerlo mas rápido", dijo Casique, de 29 años, mientras cargaba su celular a las afueras del terminal de la empresa Aeroexpresos Ejecutivos en Caracas, donde planeaba comprar un pasaje.
Noventa y nueve personas habían comprado pasajes para ese viaje durante la mañana del lunes, dijo Greberli Rojas, una pasajera que mostró a Reuters una lista de espera que llevaba para evitar disputas entre pasajeros reclamando sus asientos.
Rojas, una contadora pública de 29 años, de la ciudad de Barlovento, compró su pasaje el lunes por la mañana y planeaba pasar la noche en la estación para no perder su lugar en la lista.
"Estoy preparada para vender café, porque ahorita el que emigra tiene que ir preparado para comenzar desde abajo", dijo Rojas, hablando de su futuro en Lima.
Tras el triunfo de Maduro parece probable que siga la crisis migratoria que viene atravesando Venezuela en los últimos años, mientras colapsa su economía. Su gobierno no parece buscar un cambio en las políticas que han resultado en una inflación de cinco dígitos, la escasez de alimentos y medicinas, y altos niveles de violencia.
Las Naciones Unidas estiman que cerca de un millón de venezolanos emigraron entre 2015 y 2017. Muchos cruzaron la frontera hacia Colombia el fin de semana pasado, escépticos de que su voto pudiera cambiar algo en la elección.
El domingo votó un 46 por ciento del padrón electoral de 20,5 millones de personas, después de que grupos opositores llamaran a un boicot.
"Nos esperamos que la elección la ganara el oficialismo, y decidimos irnos" dijo Jorge Hernández, un estudiante de ingeniería de 23 años, quien vendió su auto para comprar pasajes para él y su madre.
Llevaba pan y galletas para el viaje de 36 horas con destino a Trujillo, Perú, donde su hermana lleva trabajando como mesera dos meses y medio.
"Este gobierno tiene aquí como 18 años y vamos de mal en peor," sentenció.
Fuente: Reuters