La crisis política en Venezuela ha llegado a uno de sus puntos más álgidos luego de que la Asamblea Nacional (AN, Parlamento) declarara el domingo que el presidente Nicolás Maduro perpetró un golpe de Estado tras la suspensión del referendo revocatorio en su contra.
Ahora el Parlamento busca iniciar un juicio político contra el mandatario chavista, con el objetivo de que rinda cuentas sobre su gestión y determinar su responsabilidad en lo que la oposición denomina “una ruptura del orden democrático”.
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La respuesta de la bancada oficialista ha sido que “Venezuela no es Brasil” y que “el pueblo venezolano no permitirá un golpe parlamentario” que saque a Maduro del poder, en referencia al juicio político que llevó a la reciente destitución de Dilma Rousseff en Brasil.
“Hay una mayoría opositora de 112 [en el Parlamento] que permite abrir el juicio político”, asegura Luis Fernando Nunes, politólogo e internacionalista venezolano, a El Comercio.
“Disolver la Asamblea Nacional sería una alternativa para resistir el avance del posible juicio político a Maduro” debido a que “hay elementos suficientes que podrían desencadenar la destitución del mandatario", coincide Luis Zambrano Sequín, economista y docente de la Universidad Católica Andrés Bello de Venezuela.
Sin embargo, el juicio no llegaría a buen puerto debido a que el Tribunal Supremo de Justicia de Venezuela ha declarado en desacato (fuera de la ley) al Parlamento; en consecuencia, podría revertir todo lo actuado por este poder.
“Conociendo el estilo arrogante y prepotente del chavismo, simplemente van a desconocer el juicio político para evitar más presiones. En un arrebato es probable que Maduro le diga al Tribunal Supremo que disuelva el Parlamento. La apertura del juicio político puede desencadenar una disolución de la Asamblea”, apunta Nunes.
Los dos principales motivos para llevar a juicio a Maduro son su salida del país sin el permiso del Parlamento y la presunta doble nacionalidad colombiana del mandatario, que causaría su automática destitución.
--- Presión internacional ---
El objetivo del Parlamento de mayoría opositora es enviar una alerta a la comunidad internacional sobre lo que podría suceder en Venezuela si no se toman medidas para acabar con la crisis, señalan los expertos.
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“[Lo que hizo el Parlamento] es una presión interna de alta dimensión con el objetivo de que se activen mecanismos internacionales. Es una alerta que dice que estamos llegando al extremo de la crisis y si no se actúa en las próximas horas estamos en camino de un enfrentamiento entre civiles que nadie quiere. Yo no le veo una salida pacífica pese a que se hace un gran esfuerzo internacionalmente”, alerta Nunes.
Zambrano señala en ese sentido que la marcha programada para el miércoles 26 ("Toma de Venezuela") podría tornarse especialmente violenta, pero todo depende de "los militares cuya cúpula es muy cercana al chavismo".