Caracas. El dólar en el mercado negro quebró hoy la barrera de 400 bolívares y acumuló un incremento de más de 1.600% en 26 meses de gestión del socialista Nicolás Maduro. ¿Cuál es el verdadero valor del bolívar?
El 25 de febrero con un billete de 100 bolívares (el de mayor denominación) se podían conseguir 50 centavos de dólar. El 13 de mayo ese billete ya solamente alcanzaba para comprar 33 centavos de dólar. Y nueve días después -hoy- solo se obtienen 25 centavos.
Eso derrumba la demanda de bolívares, a pesar que los cajeros automáticos distribuyen en forma casi excluyente billetes nuevecitos, limpitos, recién impresos. Una nueva prueba del ritmo desaforado de creación de moneda.
"Las personas solamente quieren dólares o bienes", explica a la AFP el economista Orlando Ochoa. Pero hoy, en Venezuela, casi no hay bienes disponibles.
Y tampoco hay dólares, ya que en los 26 meses de gobierno del heredero de Hugo Chávez las reservas del Banco Central cayeron un tercio y se ubican en menos de 18.000 millones de dólares.
El economista y director de la firma Ecoanalítica, Asdrúbal Oliveros, aunque reconoce que en el desplome del bolívar inciden elementos especulativos, destaca sobre todo "una razón estructural: los múltiples desequilibrios" en la economía venezolana.
"Un déficit fiscal de 18 puntos del PBI, financiado vía Banco Central de Venezuela (es decir expansión monetaria)" y la "caída de más de 60% en (la) liquidación de divisas son causas más que suficientes" para el despegue del precio del dólar paralelo en Venezuela.
Ochoa define la situación casi como un ejercicio donde se combinan ambos mundos. La economía venezolana --dice-- "tiene todo el peso de la ideología socialista restringiéndola" en producción y distribución, y al mismo tiempo "todo el populismo financiando la demanda" cuando hay menos producción e importaciones.
El economista y analista político Luis Vicente León hace tiempo que sostiene que el gobierno alimenta lo que él califica como "demanda infinita", gracias a subsidios y un desabastecimiento que no se ha podido solucionar ni siquiera mediante un creciente racionamiento.
Es evidente la tentación de comprar 40 litros de gasolina a un centavo de dólar para contrabandear los a países limítrofes donde cuesta cuatro mil veces más.
Y son inevitables las compras desesperadas para acaparamiento doméstico de harina, aceite, leche, agua mineral, papel sanitario, medicinas para la tensión arterial... y la lista sigue y sigue.
Fuente: AFP