(Foto: AFP)
Agencia AFP

Cientos de personas se acercan a un muro de la, para dejar esperanzadores mensajes a las víctimas y familiares del que ha dejado más de 300 fallecidos. 

La gente deja sus mensajes cerca de un edificio colapsado en la Colonia Roma, donde decenas de familias esperan, ansiosos, noticias de sus parientes mientras las tareas de rescate no cesan.

Algunos equipos de rescate internacionales como el de Japón abandonaron desde el lunes por la noche el país, mientras que los de El Salvador, Honduras y Panamá lo hicieron este martes.

Al mismo tiempo, algunos habitantes intentan retomar poco a poco sus actividades cotidianas y sobreponerse al temor que causó el terremoto.

"Si el sol volvió a salir es que la vida sigue y nosotros también debemos continuar. Rotos por las pérdidas y miedo, pero igual debemos seguir", dijo a la AFP Carlos Ontiveros, un arquitecto de 42 años que esperaba el autobús para ir a trabajar.

En otras calles comerciales, se reanudan las actividades como si nada hubiera pasado pero apenas a unas cuadras hay edificios dañados con gente desesperada por seguir con sus actividades.

Los miembros de un despacho que lleva la contabilidad de varias empresas en un edificio céntrico estaban particularmente preocupados.

"Seguimos esperando porque es el plan de nuestro trabajo. Sin esos papeles nos vamos a meter en muchos problemas, estamos esperando a que venga el dictamen, nos den un chance (oportunidad) de meternos a bajar cosas y ahí nos vemos (nos vamos)", dijo a la AFP, Juan Felipe Rodríguez, de 63 años, quien esperaba sentado en una silla frente a la estructura donde está su oficina.

"En un momento va a pasar esto y va a ser solamente un recuerdo. Hay que trabajar y seguir con la vida normal, tratar de tener una vida normal", dijo a la AFP Guillermo Anguiano, de 43 años, en un parque del sur donde la gente ha vuelto a pasear a sus perros y uno que otro niño juega.

La alcaldía anunció apoyos económicos para quienes no pueden habitar sus casas durante las reparaciones y para quienes perdieron su vivienda. También se han habilitado centros de atención públicos y privados para quienes sienten ansiedad y estrés tras la catástrofe.

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