Una mujer publica fotos de periodistas asesinados durante una protesta nacional contra el asesinato de los periodistas Lourdes Maldonado y el fotoperiodista independiente Margarito Martínez en la Ciudad de México.
Una mujer publica fotos de periodistas asesinados durante una protesta nacional contra el asesinato de los periodistas Lourdes Maldonado y el fotoperiodista independiente Margarito Martínez en la Ciudad de México.
/ AP/Eduardo Verdugo, Archivo
Agencia AP

Vivir entre amenazas por ejercer el periodismo en , uno de los países más peligrosos para la prensa, hace saltar las alarmas de forma inmediata y prever posibles ataques aunque el reportero cuente con protección oficial... o tal vez por eso.

Es lo que le pasó a Rubén Cruz, un periodista de un diario local de Cancún, la turística ciudad del sureste mexicano con altos niveles de violencia. El jueves se vio inmerso en un evento que acabó con disparos en torno a su vehículo y con Cruz resguardado en la cárcel de la ciudad sin saber si intentaron matarle, le confundieron o qué había pasado.

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La fiscalía de Quintana Roo, donde se ubica Cancún, informó que ya investiga lo sucedido.

Lo único seguro, según dijo Jan Albert Hootsen, representante en México del Comité para la Protección de los Periodistas (CPJ por sus siglas en inglés), es que “es un síntoma del deterioro de la seguridad en el estado de Quintana Roo” sobre todo hacia periodistas y defensores de derechos humanos.

La situación no es única de este turístico estado. El CPJ alertó en un informe esta semana de que los asesinatos a periodistas en el mundo aumentaron un 50% en 2022 respecto del año anterior, debido principalmente a los ataques en Ucrania, Haití y México, donde según esta organización mataron a 13 informadores.

Los ataques sin víctimas letales son muchos más pero, en contraste, no suelen ser investigados.

Según contó el periodista, de 35 años, en conversación telefónica el viernes con AP, lleva más de una década trabajando como reportero siempre cubriendo temas policiales y de seguridad. Primero, lo hacía en su natal Veracruz, de donde salió hace más de 6 años por un intento de secuestro, y actualmente en el diario “Por Esto” de Cancún, donde volvió a sufrir amenazas.

Desde hace poco más de dos años contaba con la protección de un mecanismo federal para periodistas amenazados y tenía dos escoltas. Además, el CPJ acompañaba su caso.

Cruz explicó que el jueves llegó un joven al diario denunciando un intento de secuestro justo cuando él salía. Comentó el tema con sus escoltas que le esperaban en el vehículo y, por seguridad, tomaron una ruta alternativa a su casa pero se toparon con el carro descrito por el joven como el de los presuntos atacantes.

En su intento por ver las placas giraron en una ocasión tras dicho vehículo y llamaron a emergencias para reportar la existencia de un coche con tres individuos sospechosos. Luego intentaron separarse y dejarlo avanzar pero en un nuevo giro se encontraron con el carro estacionado en perpendicular, como entrando a una casa, y un individuo se bajó.

El reportero dijo que le vio caminando con un arma y fue cuando él se agachó y escuchó dos o tres disparos. Intentó salir del coche y correr pero los guardaespaldas lo impidieron. “Me dicen, no, regrésate al carro que nos vamos”.

Como estaban cerca de la cárcel optaron por resguardarse y llamar a la policía desde ese lugar. “Por la adrenalina, yo reporté que hubo un intercambio de disparos”, contó.

Sin embargo, a medianoche pudo hablar con uno de sus escoltas y éste le dijo que el impacto que había en el parabrisas era de su arma, la cual disparó desde dentro del vehículo al ver que el hombre armado se acercaba.

Cruz reconoció que no sabe si los sospechosos los confundieron con policías de investigación, que llevan vehículos similares, con otros delincuentes o si iban por él. Pidió a las autoridades aclarar si el joven que llegó al periódico era una víctima real o un señuelo.

“Mi esposa está muy alterada, con muchas crisis... Es muy difícil”, indicaba.

Todo ese miedo y confusión es algo habitual en reporteros que tratan temas delicados sobre todo en provincia, aunque los ataques también ocurren en plena capital del país. En diciembre balearon el vehículo de un popular periodista en plena Ciudad de México. Ciro Gómez Leyva se salvó por el blindaje del carro.

El periódico local “Por Esto” se caracteriza “por manejar información fuerte”, señaló Cruz. Últimamente él había escrito del autogobierno de los criminales en los penales de Quintana.

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