"Si 'El Chapo' sigue en México, mantendrá control de Sinaloa"

Alejandro Hope se describe a sí mismo como un investigador “obsesionado con las drogas, el delito y varios puntos intermedios”. Columnista habitual en el diario mexicano “El Universal”, dirige el Proyecto MC2 (Menos Crimen, Menos Castigo), una iniciativa en materia de seguridad pública. Esto piensa de lo que viene con el regreso a prisión de ‘El Chapo’ Guzmán.

¿Qué supone para el cártel de Sinaloa la recaptura de ‘El Chapo’? ¿Cambiará algo a corto plazo?

En el corto plazo no mucho, básicamente por dos razones. Mientras ‘El Chapo’ siga en México, va a mantener cierta dosis de control sobre la organización, tal como lo hizo entre febrero del 2014 y julio del 2015 estando en prisión. El segundo motivo es porque el otro de los líderes históricos del cártel, Ismael ‘El Mayo’ Zambada, sigue suelto. Eso mantiene cierta coherencia en el cártel.

¿La figura cambiaría con ‘El Chapo’ extraditado en Estados Unidos?

Si se produjera ello, sí podría haber cambios mayores en dicha organización. Porque hay que ver cuánto tiempo más va a durar ‘El Mayo’, que siempre ha mantenido un perfil más bajo que ‘El Chapo’ y que ya se acerca a los 70 años. No tiene mucho futuro, así que con ‘El Chapo’ extraditado y con ‘El Mayo’ ya sin influencia, habrá reacomodos.

¿Quiénes se perfilan en la línea de sucesión de Guzmán?

Están los hijos de ‘El Chapo’ y Dámaso López ‘El Lic’, que es presuntamente uno de los mayores cabecillas y a quien el mismo Guzmán reconoce como gran lugarteniente.

¿Le sorprende que ‘El Chapo’ haya vuelto a ser encerrado en El Altiplano, el penal del que huyó?

Es una decisión bastante controvertida sobre la cual el gobierno no ha dado mayores explicaciones. Algunas de las debilidades del penal, que quedaron expuestas con la fuga en julio del 2015, pueden haber sido corregidas, pero otras no. Persisten vulnerabilidades como la cercanía de otras construcciones.

¿No hay otro lugar en el cual pudo ser recluido?

El gobierno ha mantenido un silencio absoluto. Puede que haya tenido razones operativas para trasladarlo a El Altiplano, porque meterlo en el penal de Nayarit, que está cerca de la zona de influencia del cártel, podría ser riesgoso. También habría razones jurídicas porque en esa región está radicado el caso.

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