Un informe de 31 páginas compendia las brutales formas de morir que atravesaron once mil prisioneros sirios en los calabozos que resguarda el ejército de Bashar al Assad.
La escabroza denuncia, emitida en exclusiva por el canal de noticias CNN y el diario inglés "The Guardian", fue recogida de un documento preparado por tres fiscales internacionales quienes tienen material suficiente para procesar por crímenes de lesa humanidad a Al Assad.
Brutalmente golpeados y torturados. Un archivo de 55 mil imágenes evidencian los sistemáticos ajusticiamientos que atravesaron los reos. Se registraron entre cuatro a cinco fotos por cada cuerpo, lo que hace que se contabilice como 11 mil los reos cuya muerte recién se esclarece.
La mayoría de las víctimas fueron hombres jóvenes, cuyos cuerpos muestran señales de extrema tortura: algunos sin ojos, otros fueron estrangulados o sufrieron severas descargas eléctricas. Al parecer, durante su horrorífica estancia en prisión, ninguno volvió a probar alimento lo que hizo que desfallecieran de inanición.
LA HISTORIA DE CÉSAR
El responsable de que los atroces crímenes cometidos por el régimen sirios salgan a la luz se identifica como 'César'. Con este seudónimo, el desertor de las filas de Bashar al Assad, protege su identidad.
César ya no está más en el dominio de Al Assad, el ex militar, que trabajó como policía del ejército durante 13 años, huyó del país luego de organizar y grabar el gigantesco archivo digital en memorias fotográficas. El ex militar tenía la labor de fotografiar los cuerpos de los prisioneros, luego de que estos fallecieran.
Los objetivos de preparar un material que podría volverse en contra del gobierno, como sucede ahora, fueron los siguientes: el régimen debía comprobar que el prisionero había muerto y las fotos servían para emitir un cerficado de defunsión.
Cada reo contaba con un número que identificaba la rama del servicio de seguridad responsable de su detención y muerte. Una vez que el detenido fallecía, este era trasladado a un hospital donde un médico le asignaba un expediente en la instalación de salud.
El acta de defunsión del torturado prisionero señalaba como causa de muerte haber sufrido un paro respiratorio o cardiaco, nada más. Por su parte, César debía encargarse de fotografíar dorsos lacerados por quemaduras, cuellos magullados por cinturones, cádaveres que padecieron de extrema delgadez por no recibir alimento.
LOS INVESTIGADORES
Los autores del informe son tres juristas de amplia trayectoria y experiencia en casos de lesa humanidad: el exfiscal del caso del expresidente yugoslavo Slobodan Milosevic, Geoffrey Nice, el exfiscal de la corte especial para Sierra Leona, Sir Desmond de Silva y el catedrático de derecho internacional de la universidad de Siracusa (Italia), David Crane, que procesó al presidente Charles Taylor de Liberia en un tribunal de Sierra Leona.
Los tres abogados fueron asesorados por un equipo forense a cargo de certificar la autenticidad de las fotografías y examinar a cabalidad lo que se exhibe en estas.
El documento de 31 páginas ya ha sido entregado a las Naciones Unidas, gobiernos internacionales y organizaciones de derechos humanos.
"Ahora tenemos evidencia directa de lo que está ocurriendo con la gente que desaparecía. Esta es la primera prueba de lo que ha pasado con al menos 11 mil seres humanos que han sido torturados y ejecutados y a la vez, aparentemente, desechados", asegura Crane.
Durante este mes, César se entrevistó en tres oportunidades con los juristas. El ex militar confesó que luego de procesar los cuerpos en el hospital, estos eran enterrados en zonas rurales. Podía llegar a fotografiar hasta 50 cuerpos cada día.
Pese a que las revelaciones muestran de manera contundente el aparato de tortura y asesinato instalado en el gobierno de Al Assad, su procesamiento podría no ser inmediato, e incluso no llegar a ejecutarse.
"Podría no ser posible hacer seguimiento con certeza al jefe de estado. Pese a que últimamente en los juicio de crímenes de guerra, el fiscal argumenta que la cantidad de evidencia permite identificar un patrón de comportamiento aprobado por una esfera alta de poder", sentencia Nice.
Parecería inminente el llamado de Al Assad por parte de la corte de la Haya. Sin embargo, ni él, ni algún miembro de su gobierno será convocado por este tribunal internacional porque Siria no es país miembro.