No quiso decir su nombre. Pero tiene 17 años y es un refugiado sirio en Líbano, que vendió su riñón para mantener a su madre y sus cinco hermanas.
Intermediarios de los traficantes de órganos buscan refugiados desesperados en territorio libanés. Tan desesperados que acceden a vender un riñón e incluso un ojo para obtener dinero para comer y pagar la renta, según constató una investigación de la BBC.
El gobierno libanés restringe el acceso a la ayuda de los refugiados y prácticamente no les permite trabajar.
Para algunos refugiados como el adolescente sirio que habló a la BBC, vender una parte de su cuerpo parece ser la única opción para sobrevivir.
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