Si el Estado Islámico logra alguna vez expandirse hacia los territorios que ha dicho que quiere conquistar, gobernaría desde África ecuatorial hasta Chechenia, y desde España hasta China.
Pero, ¿qué quiere decir gobernar en el caso de este grupo yihadista que ya ha ocupado importantes territorios en Siria e Iraq?
El ejemplo más claro está en la ciudad de Raqqa, su "capital" en Siria, pero también en ciudades como Mosul, en el norte de Iraq (segundo centro urbano del país) y en otras localidades más pequeñas, donde se repite su esquema de gobierno.
Al grupo se lo acusa de matanzas, decapitó a periodistas extranjeros, impone una estricta interpretación del islam. Y su avance llevó a que Estados Unidos haya iniciado semanas atrás una campaña de bombardeos contra objetivos de Estado Islámico.
Pero los yihadistas también administran justicia; proveen agua, electricidad y distribuye pan y harina; controlan el tráfico; pagan salarios; controlan las mezquitas y sus integrantes ejercen de policía.
BBC Mundo desglosa aquí la estructura, instituciones y servicios que constituyen el gobierno de Estado Islámico.
ESTRUCTURA DE GOBIERNO
Estado Islámico se define a sí mismo con un califato: en la cumbre de su estructura se encuentra el –autodeclarado– califa y líder del grupo, Abu Bakr al Baghdadi.
Directamente por debajo de él hay cuatro consejos: de la sharía (ley islámica), de la shura (asesor), militar y de seguridad. Los dos últimos son los más poderosos.
Esta estructura de una cabeza más cuatro entidades que responden a ella se repite a lo largo de la cadena de mando, hasta el nivel más local.
Estado Islámico ha dividido los territorios que ocupa en valiyatos (provincias).
Para gobernarlos, Al Baghdadi se ha cuidado de designar a civiles en los cargos de valíes (gobernadores), según la agencia de noticias Reuters.
La agencia dice que a los combatientes solo les asigna roles dentro de las fuerzas de seguridad, como la policía. Así, separa la estructura militar de la civil.
INSTITUCIONES Y SERVICIOS
De acuerdo con un reporte sobre el Estado Islámico publicado por Charles Caris y Samuel Reynolds por el estadounidense Instituto para el Estudio de la Guerra (ISW), al avanzar sobre una población, el grupo "comienza instalando centros de difusión y un rudimentario sistema de justicia primero, porque requieren menos recursos y son menos controversiales".
Y tras consolidarse militarmente, avanzan hacia el establecimiento de "una policía religiosa, castigos más estrictos y un sistema educativo", que requieren "personal más dedicado, inversiones y más respaldo de la población local".
RELIGIÓN Y EDUCACIÓN
Estado Islámico se rige por una visión muy estricta de la sharía.
Al tomar una ciudad destruyen tumbas de santos, aún si son figuras islámicas. También han destruido mezquitas no sunitas.
Una vez establecido su control, su policía religiosa, la hisba, se asegura de que se cumpla.
"Cualquier cosa que contradiga sus creencias está prohibido", le dice a la BBC un hombre que desertó del grupo.
El desertor dijo también que el Estado Islámico conforma la hisba con gente que trae de otros países.
Abu Obida, miembro de una patrulla de la hisba en Raqqa, se jacta de la eficacia de su tarea en un documental de Vice sobre Estado Islámico.
"Los desafío a que encuentren a alguien borracho, los desafío a que encuentren a alguien vendiendo alcohol".
Y agrega: "Sugerimos de buena manera, pero aquellos que no obedecen son obligados".
Una mujer que escapó de Raqqa a Turquía con su marido e hijos le aseguró a la BBC que miembros de la hisba la habían amenazado por mostrar accidentalmente un centímetro de sus pantalones.
Según un artículo de la revista The Economist, el Estado Islámico le dijo a los maestros en Raqqa que debían dedicar más horas a estudios vinculados con el Islam y dejar de dictar materias como filosofía y química, como condición para seguir percibiendo sus salarios.
SEGURIDAD Y JUSTICIA
El Estado Islámico establece cortes –guiadas por la sharía– para lidiar con asuntos criminales y resolver disputas, junto con fuerzas de policía locales que sirven como fuerza del sistema judicial y cárceles.
Algunas de las sentencias incluyen castigos corporales como azotes, amputaciones y ejecuciones.
En Raqqa –al menos– también tienen una oficina para asuntos no musulmanes, orientada a los cristianos que quedan en la ciudad.
No obstante, la mayoría de los cristianos dejaron esa ciudad siria. Además, ha sido ampliamente difundida la persecución del Estado Islámico a algunos grupos, como los yazidíes de Iraq.
INFRAESTRUCTURA
Al tomar Mosul, ciertas versiones indicaron que el Estado Islámico abrió calles que estaban cerradas, restauró líneas eléctricas y pagó los salarios de empleados municipales.
En su expansión a lo largo del río Éufrates se ha hecho del control de represas para poder garantizar la provisión de agua y electricidad.
En un ejemplo de la importancia que le asigna a poder mantener esas instalaciones en funcionamiento, Reuters dice que el grupo ha dejado en su lugar a empleados de la represa de Raqqa tras tomarla.
Según la agencia de noticias, la voluntad del grupo "de utilizar ex empleados de (Bashar al) Asad demuestra un pragmatismo (...) vital para poder mantener en sus manos los territorios que capturó".
DINERO Y BIENES
El Estado Islámico paga los salarios de sus combatientes y funcionarios.
El dinero surge principalmente de botines de guerra, pago de rescates, la venta de petróleo y el cobro de impuestos.
El grupo cobra un impuesto islámico, zakat, a las personas más adineradas y distribuye dinero entre la población más pobre.
También llevan a cabo un estricto control de precios y de la calidad y estado de los productos que venden los comerciantes.
En ocasiones reparten alimentos (toman rápidamente el control de panaderías), ropa y combustible.