Una mujer pasa delante de un puesto de vegetales y frutas que además vende medicinas en un mercado en Rubio, Venezuela. (Foto: Reuters)
Una mujer pasa delante de un puesto de vegetales y frutas que además vende medicinas en un mercado en Rubio, Venezuela. (Foto: Reuters)
Redacción EC

En un terminal de autobuses en la ciudad andina de San Cristóbal o en un mercado a cielo abierto en la calurosa Maracaibo, vendedores ambulantes de ofrecen productos ajenos a sus tinglados callejeros: medicamentos y vitaminas.

Con una escasez que el gremio farmacéutico ubica en el 85 por ciento, la reventa clandestina de medicinas con prescripción pero sin receta está en auge. Algunas de ellas viajan kilómetros desde hospitales del país o de la vecina Colombia, hasta puestos informales sin permisos sanitarios.

“Compro aquí vitaminas para la memoria porque sufrí un ACV (accidente cerebrovascular) y se me olvidan las cosas”, dijo Marisol Salas, de 56 años, frente a un puesto en el terminal de San Cristóbal, donde encontró lo que faltaba en las farmacias.

Uno de los que venden medicamentos allí es Antuam López, de 30 años, en su puesto de productos naturistas que instala junto a otro de verduras.

“Hay gente que trabaja en entidades públicas, en hospitales, medicaturas y nos venden las medicinas”, dijo López, mientras respondía a preguntas sobre anticonceptivos o medicinas para controlar la tensión arterial. “Últimamente buscan muchos anticonvulsivos”, agregó.

Los escasos anticonvulsivos se utilizan para combatir los ataques de epilepsia.

El Gobierno socialista de Nicolás Maduro responsabiliza a los revendedores por la escasez de medicamentos, aunque economistas y empresarios privados aseguran que la falta de materia prima y controles estatales que los obligan a vender con precios subsidiados impactan la producción e importación.

En diferentes puntos del país también se ofrecen los medicamentos para enfermedades crónicas en redes sociales, o incluso en quioscos de revistas.

Fuente: Reuters

Contenido sugerido

Contenido GEC