Hasta nuestros días, la Municipalidad Metropolitana de Lima (MML) ha sido incapaz de establecer un auténtico gobierno metropolitano porque su actual modelo de gestión es obsoleto y solo prioriza obras públicas inconexas o un discurso “social” sin contenido. Lamentablemente la MML no ha resuelto los problemas de los vecinos sino que los ha complicado. Por eso creemos que es urgente cambiar la forma en que se gestiona la ciudad para hacerla dinámica, moderna, ordenada, sostenible y transparente.
Por lo dicho, queremos asumir todas las funciones de una verdadera región metropolitana para poder brindar mejores servicios tanto en seguridad, transporte, infraestructura así como atender a la población en materias de salud y educación con mejor acceso y más calidad.
Un mejor diseño institucional nos permitiría tener un efectivo Consejo de Seguridad Ciudadana Metropolitano que coordine con las juntas vecinales, los serenazgos y la seguridad privada, el cual, además, podría ayudar a que la Policía Nacional realice efectivamente su labor, luchando frontalmente contra la microcomercialización de drogas y pacificando los espacios públicos que han sido tomados por los maleantes. Asimismo, debemos pedir que el Poder Judicial y el Ministerio Público designen representantes en las comisarías para sancionar rápidamente el delito y las faltas cotidianas.
Si bien es cierto que la inseguridad y la criminalidad son responsabilidad del gobierno nacional, la MML puede contribuir destinando no menos del 20% del Foncomún para insumos y ampliación de los servicios de seguridad de la Policía y del Serenazgo, priorizando la prevención y lucha contra la delincuencia callejera.
Creemos en la continuidad sin continuismo. Por ello relanzaremos una reforma del transporte eficiente, protegiendo al pasajero, sumando a los transportistas y no hostilizándolos. Apostamos por el Metropolitano y su ampliación hasta Carabayllo y Villa El Salvador (a través de la Vía Expresa Sur). El proyecto de una vía rápida de Javier Prado hacia el aeropuerto tiene ya 15 años de retraso. La ciudad se debe unir de este a oeste lo más pronto posible.
Las grandes obras no pueden hacernos olvidar los problemas puntuales que generan los “cuellos de botella”. En la ciudad hay un déficit de puentes y pasos a desnivel que buscaremos poder superar apoyados por un banco de proyectos de obras creado por la municipalidad.
Creemos también que el tránsito en Lima ha colapsado, sobre todo por la falta de una gestión eficiente. Esto se puede remediar cambiando el concepto de “a más carros, más pistas” por un enfoque de “movilidad sostenible” para que los desplazamientos sean “en el menor tiempo y con la mayor calidad”. Por eso no únicamente proponemos una sola autoridad de tránsito metropolitana, sino que también exista un organismo asesor de la ingeniería vial para toda nuestra ciudad.
Otro grave problema que no podemos olvidar es el millón de limeños que no cuenta con agua potable, por ello la MML debe participar en el directorio de Sedapal (en concordancia con la Ley Orgánica de Municipalidades) y gestionar ecológicamente las riberas de los ríos Chillón, Rímac y Lurín.
Debemos reordenar urbanística y ambientalmente Lima, formulando, entre otros, el plan de expansión urbana sostenible de la zona sur para habilitar 3.000 hectáreas en nuevas zonas para uso industrial. Asimismo establecer un banco de tierras para vivienda popular. Además, pondremos en valor la Costa Verde como espacio de recreación pública.
Finalmente, consideramos importante que el gobierno central aporte un canon capital para compensar a la ciudad por los efectos generados a los vecinos por actividades de las instituciones del Estado y así obtener más recursos para realizar obras y atender compromisos como el de los Panamericanos 2019, en los que debemos mostrar la Lima del siglo XXI.