Miles de niños en todo el mundo se manifestaron la semana pasada a favor de la acción climática. Alentados por la joven activista sueca Greta Thunberg, quieren convencer a los adultos de que entren en “pánico”. Pero esta oleada global tan enérgica debería ser redirigida para lograr más para la humanidad y el planeta.
Las soluciones políticas de hoy para el cambio climático, a las que Thunberg quiere que se preste más dinero y atención, son increíblemente ineficaces y caras.
El Acuerdo de París ayudará poco. Incluso si se cumplen todas las promesas, el mundo incumplirá la de limitar el incremento de la temperatura a 1,5 °C antes del 2030. Un análisis reciente muestra que, de casi 200 signatarios, solo 17 cumplen con sus compromisos, principalmente porque prometieron muy poco. Sin embargo, este logro insignificante será la política más costosa en toda la historia, ya que costará entre US$1 y US$2 billones en pérdidas de crecimiento cada año hasta el 2030.
Las huelgas climáticas en las escuelas tendrían más sentido si hubiéramos resuelto todos los demás desafíos. Pero este año veremos a 5,4 millones de niños morir antes de los cinco años; a más de 250 millones de niños sin escolarizar; a casi mil millones de personas que mueren de hambre, y a más de dos mil millones que carecen de agua y saneamiento.
A pesar del entusiasmo por la campaña de Thunberg entre los editores de periódicos liberales de Europa y Estados Unidos, el cambio climático es la última prioridad para los más pobres del mundo. La ONU preguntó a casi diez millones de personas qué era lo más importante para ellos. Dijeron salud, educación, empleo y nutrición, y colocaron el clima en el puesto 16 de 16 prioridades.
Los políticos que niegan la existencia del cambio climático no están diciendo la verdad. Pero tampoco lo hacen los que dicen que “el fin del mundo” llegará dentro de una década: solo están asustando a la gente.
Según los científicos de la ONU, si no hacemos absolutamente nada para detener el cambio climático, su impacto será equivalente a una reducción en nuestros ingresos de entre el 0,2% y el 2% en el 2070; es decir, dentro de cinco décadas. Tenga en cuenta que, para la década del 2070, los ingresos personales habrán aumentado entre un 300% y un 500%.
Los niños también deben desafiar los titulares alarmistas e insistir en que la información proviene del estudio climático más importante de la ONU.
Continuamente nos dicen que el cambio climático está causando más fenómenos meteorológicos extremos, como los huracanes. Pero los científicos climatólogos de la ONU no han “observado tendencias significativas” en la frecuencia global de huracanes en el último siglo. En Estados Unidos, la tendencia de los huracanes que tocaron tierra ha ido disminuyendo desde 1900, al igual que la de los huracanes más dañinos. Un importante estudio en Nature muestra que los daños por huracanes a nivel mundial cuestan alrededor del 0,04% del PBI mundial. Incluso asumiendo que el calentamiento haga que los huracanes sean mucho más dañinos en el 2100, el aumento de la prosperidad y la resistencia significa que el coste se reducirá a la mitad hasta el 0,02% del PBI. Desde 1990, los costes globales de todos los desastres relacionados con el clima han disminuido en relación con el PBI.
Los escolares huelguistas deben pedir a los responsables de la toma de decisiones que hagan menos promesas vacías como las de París, e insistir en políticas efectivas como invertir mucho más en investigación y desarrollo para garantizar que el precio de la energía verde caiga por debajo de los combustibles fósiles. Los jóvenes manifestantes se sorprenderían al saber que tales políticas están respaldadas por Bill Gates y Barack Obama.
Los niños señalan correctamente que vivirán en el mundo dejado por los adultos de hoy. Es por eso que los escolares huelguistas se ven obligados a llamar la atención de los adultos utilizando una retórica infundada para promover soluciones increíblemente costosas e ineficaces, en lugar de insistir en soluciones más inteligentes. Y deberían esforzarse el doble en sus estudios para formar parte de la generación que encontrará vacunas para la malaria, combatirá el hambre, luchará contra el cáncer, y que también innovará sobre la energía verde para hacerla tan barata que eventualmente socavará los combustibles fósiles y resolverá el cambio climático para siempre.