“Estamos viviendo una etapa de incertidumbre que viene minando la moral de la población”.
La región de Ica se ha convertido en el paso obligatorio para todo el sur del país. No existe una vía alterna para llegar a Lima o viceversa. Hoy, prácticamente, estamos secuestrados. La situación es muy grave. Estamos frente a un desabastecimiento inminente de varios de los productos de primera necesidad. En nuestro caso, las pérdidas son de alrededor de US$20 millones diarios. Hay que tomar en cuenta, además, que en el sector agrario el impacto sobre la cosecha de uva de mesa es muy fuerte y afecta directamente al trabajador porque está dejando de percibir su salario.
El turismo ha sufrido el peor impacto en la región. Las reservas están canceladas en un 95% y las pérdidas en este sector ascienden a los S/8 millones diarios. Esta situación es idéntica en el sur del país.
El índice inflacionario en nuestra región alcanzó en el 2022 el 10,4 % anual, el más alto en todo el país. Los factores determinantes que explican esta cifra son los paros ocurridos a finales del año pasado y, como sostienen los economistas, la inflación es el castigo para los más pobres.
Las pymes y mypes, que constituyen el sector mayoritario de los empresarios en el que se genera una gran cantidad de mano de obra, vienen sufriendo una crisis, sobre todo en el sector comercio y servicios. Al encontrarse bloqueado el circuito económico, los empresarios empiezan a tener problemas en la cadena de pagos, el desabastecimiento de alimentos de primera necesidad empieza a proliferar en los mercados y los productos que logran llegar tienen sobrecostos que al final los asume el consumidor.
En Ica la cadena logística prácticamente ha colapsado. A esto hay que sumar la situación de los taxistas, mototaxistas y otros que generan su propio trabajo y que perciben día a día un ingreso siempre y cuando salgan a las calles a laborar. En la actualidad, se ha disminuido sustancialmente la presencia de estos servicios porque no hay demanda.
Otro sector que está pasando desapercibido es el informal, y este es el que está sufriendo directamente las consecuencias del bloqueo de carreteras. En conclusión, estamos viviendo una etapa de incertidumbre que viene minando la moral de la población.
Lo más dramático es que no encontramos ni en las protestas ni en la clase política a los líderes que puedan encontrar una solución a este problema político.
“Si esta situación se mantiene, más de 20 mil personas se pueden quedar sin trabajo”.
El turismo es una actividad muy sensible. Un día de paro no solo genera el perjuicio económico de la jornada, sino que tiene una repercusión hasta en los 30 días siguientes. Hace dos meses se iniciaron unas movilizaciones y paros injustificados que paralizaron a la región, generando perjuicio en los ingresos de todos los sectores económicos, siendo el turismo el más afectado, ya que, por la continuidad de estos paros, se cancelaron reservas de paquetes turísticos para el mes de diciembre hasta en un 80% y la continuidad de los mismos en enero incrementó las cancelaciones, sobrepasando el 90% de las reservas y generando pérdidas de S/2,5 millones al día en la cadena del sector turismo, teniendo un acumulado en el mes de más de S/60 millones y, al mismo tiempo, el perjuicio de la imagen de Cusco como destino turístico.
Actualmente, este hecho ha generado el cierre de muchas mypes cusqueñas dedicadas al turismo como los hoteles, restaurantes, guías de turismo, agencias de viajes, transporte turístico, artesanos y agricultores. Esto se ha traducido en el despido de trabajadores, el incremento del número de desempleados y la proyección de que, si está situación se mantiene, más de 20 mil personas se pueden quedar sin trabajo; es decir, habría 20 mil familias sin el sustento económico para cubrir sus necesidades básicas.
Por otro lado, los sectores vinculados a los sectores comercio, construcción, transporte de carga y pasajeros interprovincial, minería y combustibles también están sufriendo las consecuencias de estas paralizaciones al no poder transitar por las carreteras nacionales debido a los bloqueos de las carreteras por parte de grupos violentistas, quedando varados durante semanas enteras sin poder llegar a su destino, generando desabastecimiento de productos en Cusco.
Hoy este desabastecimiento se va haciendo más crítico ya que los mercados están vaciándose, así como la falta de combustibles para los vehículos y de gas para el consumo doméstico vienen trayendo como consecuencia el incremento de precios en todos los productos.
Cabe resaltar que más de un 60% de personas en Cusco percibe ingresos directa e indirectamente del turismo y que los turistas extranjeros que llegan al Perú en una gran cantidad lo hacen para conocer Machu Picchu por lo que, si se malogra el Cusco como destino turístico, se malogra el Perú como destino.
En esta situación, nos queda empezar un trabajo conjunto entre el sector y las entidades del Gobierno, los ministerios de Cultura y de Comercio Exterior y Turismo, así como Promperú, para trabajar en una campaña agresiva en el exterior promocionando nuevamente al Cusco y al Perú como destinos, mostrando las bondades que tenemos y cambiando la imagen negativa que hasta el momento se ha difundido.