Recordemos que el audio de la sesión ‘reservada’ de la Comisión Belaunde Lossio a la que asistió como invitada la señora Nadine Heredia fue filtrado indebidamente y luego divulgado parcialmente en un programa dominical. Todo parece indicar que eso fue un hecho sin importancia, ya que han transcurrido casi dos meses y en dicha comisión ni siquiera se ha iniciado una investigación para determinar responsabilidades ni se han tomado medidas para que no vuelva a ocurrir algo similar. Luego de la sesión, los congresistas de oposición afirmaron públicamente que la señora Heredia no había querido responder nada y que había decidido guardar silencio.
Para que no nos cuenten cuentos y con la finalidad que todos conozcamos de primera mano lo que realmente ocurre en el seno de dicha comisión, el último martes la señora Heredia pidió que su presentación, ahora en condición de investigada, sea pública. Lamentablemente, su petición recibió como respuesta un “no” cuando fue sometida a voto. Las excusas vertidas para pretender justificar dicha negativa fueron de distinto tipo. Se señaló que como las intervenciones de las demás personas habían sido reservadas, entonces esta también tenía que serlo. La diferencia no anotada es que en ninguno de esos otros casos aludidos los invitados solicitaron que su participación sea pública. Sin embargo, el más sorprendente de todos los pretextos fue que no podía ser pública para no afectar los derechos de la señora Heredia, respuesta inentendible cuando ella misma lo había solicitado. Finalmente, como en esta cancha valen más los votos que la razón, la sesión fue reservada.
Inmediatamente, salta la legítima pregunta: ¿Qué pretende ocultar la comisión? La respuesta cae por su propio peso. No quieren que se conozca que las preguntas que se formulan no tienen ninguna relación con el objeto de la investigación. Tampoco se quiere dejar en evidencia que su inclusión como investigada solo obedece al natural interés de mantener el máximo tiempo posible la atención de las cámaras a las versiones que de forma individual y subjetiva brindan algunos miembros de la comisión, lo que políticamente resulta explicable en un año preelectoral.
Por otro lado, debe tenerse en cuenta que el debido proceso es un principio que debe respetarse no solo en las investigaciones que se llevan a cabo en el Poder Judicial, sino en todas investigaciones que se siguen ante cualquier instancia cuyas decisiones puedan afectar derechos. Si para aplicar una sanción como medida disciplinaria en un club privado se debe observar el debido proceso, con mayor razón se debe garantizar dicho principio en las comisiones investigadoras del Congreso. Las mismas que ostentan un poder importante, tomando en cuenta que pueden imputar delitos e infracciones administrativas a los investigados.
Para que el debido proceso y el derecho a la defensa no sea vean afectados, las comisiones investigadoras deben señalar de la forma más clara posible a la persona que pasa a la condición de investigada cuál es el hecho que se le imputa y precisar cuál es el supuesto delito o infracción administrativa presuntamente cometido. El cumplimiento de esta exigencia le da la posibilidad al investigado de defenderse de esas imputaciones. Por el contrario, su inobservancia convierte a la investigación misma y a sus decisiones en actos arbitrarios. La Comisión Belaunde Lossio ha determinado que la señora Heredia pase de la condición de invitada a investigada sin precisarle cuál es el hecho imputado ni el delito o infracción administrativa que habría cometido con relación a las contrataciones irregulares que presuntamente realizó Martín Belaunde Lossio, que es lo que concretamente debe investigar este grupo de trabajo. En otras palabras, le está diciendo: defiéndete como puedas.