La educación: mi compromiso, por César Acuña
La educación: mi compromiso, por César Acuña

Mucho se habla hoy de la educación en el Perú, y es que no vamos a negar que durante los últimos años hubo un esfuerzo del sector privado y del mismo Estado por hacer mejoras en este fundamental sector. Parece que finalmente se ha comenzado a salir de la parálisis en la que la educación estuvo sumida durante décadas.

La prueba más clara de estos avances, es que al fin tenemos información confiable y consistente sobre el objeto mismo de la educación, es decir, cuánto aprenden realmente los niños. Y vemos que en ocho años el porcentaje de niños que comprenden lo que leen en segundo grado de primaria ha pasado de 16% a 44%, y que el porcentaje de niños que manejan nociones básicas de matemáticas en ese nivel ha pasado de 7% a 26%. Esa es una mejora importante, empezando porque podemos saber con certeza qué está ocurriendo. No obstante, que más de la mitad de los niños no logren los objetivos en lectura y casi tres cuartos no lo hagan en matemática, es inaceptable.

El crecimiento económico se transformará en desarrollo y tendrá un carácter sostenido, si superamos el abismo que nos separa de los países ricos, en cuanto a educación y conocimiento.

En mi gobierno, actuaremos con determinación para hacer las reformas profundas que el país necesita para elevar la competitividad y dar un salto adelante en la educación.
Hay un abismo que nos separa del objetivo que debemos perseguir: una educación de calidad para todos nuestros niños y jóvenes. Para eso es necesaria una revolución en la educación, es decir, realizar en 5 años lo que nos está demorando 50. Se necesita voluntad política para tomar estas decisiones. Es por ello, que he anunciado que el gasto público en educación alcanzará progresivamente, si los peruanos me otorgan su confianza, el 6% del PBI.

Quiero ser muy claro al respecto: subir el gasto público en educación al 6% del PBI significa agregar alrededor de 15 mil millones de soles anuales al sector, 15 mil millones que no caen del cielo, que tendrán que salir de otros sectores. Esto va a ser muy difícil, siempre lo ha sido y por eso las cosas han cambiado poco.

Tenemos que abrir un nuevo camino para el Perú. Hoy nuestros jóvenes no tienen acceso a la educación universitaria, primero por los altos costos de las privadas, y luego, por la gran demanda de las universidades públicas. Hoy estudiar se ha convertido en un privilegio y una exclusividad. Esto es inmoral. El fin supremo de un gobierno debe ser el desarrollo humano, y un factor clave para este es la educación. No hay otro camino.

La política estratégica más importante de este país debe consistir en eliminar brechas de aprendizaje en el menor tiempo posible e invertir lo más que se pueda en educación. Eso requiere continuar con las buenas prácticas iniciadas recientemente, como por ejemplo la Ley Universitaria, que sirve como un instrumento para mejorar la calidad de la educación universitaria.

Nosotros estamos a favor de la Ley Universitaria. Y soy casi el único de los candidatos que defiende esto. ¿Cómo podríamos estar en contra de algo que nosotros mismos promovimos? Cuando fui congresista presenté un proyecto de ley a favor de la evaluación y mejora de la calidad educativa en las universidades. Más adelante todas estas iniciativas volcaron en lo que hoy es la Ley Universitaria. 

Si queremos progresar, debemos comprometernos con la educación y es el Estado el responsable de crear las políticas que mejoren estas instituciones públicas, con profesores capacitados, motivados, con mejor alimentación para los niños de condición más humilde, mejor infraestructura, con material escolar, etc.

Ampliaremos Beca 18, programa que comprendo bien. Desde que fundé la Universidad César Vallejo brindo becas para jóvenes de condición más humilde, y esto le abrió oportunidades a miles de familias cuyos hijos no pueden acceder a la universidad.

Tenemos un plan para mejorar los sueldos de nuestros maestros que son el motor del desarrollo de nuestra población. Ellos forman a nuestras generaciones y merecen sueldos dignos. Esto es parte de la reforma que exige la población y la clase docente. Sin maestros y profesores motivados, preparados y bien capacitados, la revolución educativa que nos proponemos no llegará a buen puerto.

Hoy ocupamos los últimos puestos en educación y esto tiene que cambiar, es por eso que defiendo una revolución en la educación. Tengo la voluntad política para tomar estas decisiones y tengo la convicción de que abriremos un nuevo camino para el Perú. Es por ello que he anunciado: el gasto público en educación alcanzará el 6% del PBI. Esta no es una promesa de campaña, es un compromiso ante el país.