El brote de coronavirus originado en China ha sido declarado por la Organización Mundial de la Salud (OMS) como una emergencia de salud pública de importancia internacional. Se han detectado casos en varios países del Asia y Europa, y en Estados Unidos ya se identificó el primer caso de propagación entre personas en ese país. La preocupación de la OMS se centra en cómo los países van a manejar la llegada de esta nueva cepa de coronavirus en sus territorios. Afortunadamente, en el Perú, ninguno de los presuntos casos ha sido confirmado y por ahora estamos libres del virus.
Nuestro país tiene algunas ventajas que nos pueden ayudar en caso de que el virus llegue, pero a pesar de ellas se necesitan esfuerzos adicionales.
Una primera ventaja es que estamos en época de verano, donde el calor reduce la vida del virus fuera del cuerpo humano. Esto difiere con el caso de la epidemia de la gripe porcina del 2009. Allí, el virus apareció en México en abril de ese año y llegó al Perú en mayo, justo antes de que comenzara nuestro invierno. En esa oportunidad se confirmaron más de 10 mil casos y cerca de 312 muertes en todo el país. Las altas temperaturas del verano ayudan a reducir el riesgo de contagio de enfermedades respiratorias, pero no lo elimina. Aún en estas épocas ocurren miles de infecciones respiratorias agudas y neumonías. Según el Ministerio de Salud (Minsa), en las primeras cinco semanas del 2019 se registraron 1.606 casos de neumonía solo en menores de 5 años.
Otra ventaja que tiene el Perú es el acceso irrestricto a Internet, lo que permite satisfacer la demanda por conocimiento. En un estudio hecho con Trinidad Beleche, encontramos que el acceso a la información, medido a través de las búsquedas en Google, ayudó a cambiar las prácticas de higiene durante la epidemia de la gripe porcina en México. A diferencia de China, el Perú no bloquea el acceso a Internet. Los peruanos ya estamos buscando información en Internet y las redes sociales sobre el coronavirus. Nuestras búsquedas en Google sobre el coronavirus se han multiplicado por diez en la última semana, principalmente en regiones costeras como Ica, Arequipa y La Libertad. Satisfacer esta demanda por información es central para reducir la propagación del virus.
Sin embargo, a diferencia del 2009, hoy hay una proliferación de fuentes poco confiables de información en Internet. En las redes abundan videos, fotos, documentos y audios falsos. Las campañas por radio y TV son importantes, pero no suficientes. El Minsa debe tener fuerte presencia en las redes y en Internet a través de la compra de publicidad para que en las búsquedas sobre el coronavirus en Google o Bing los primeros resultados en aparecer sean vínculos del Minsa donde se presente información seria y veraz. Lo mismo se debe hacer en las redes como Facebook, Instagram, Snapchat y demás.
Finalmente, hay otros aspectos que nos ponen en desventaja. Primero, casi 8 millones de peruanos no tienen acceso a agua. Eso limita las buenas prácticas de higiene para prevenir el contagio del coronavirus. Ante esa situación ayuda tener una economía de mercado donde la libre entrada de productos facilita el acceso a sustitutos (aunque imperfectos) como lo es el gel antibacterial que tenga por lo menos 60% de alcohol.
Otra limitación es la discriminación. El enfoque debe identificar los presuntos casos a partir de los síntomas y no por la nacionalidad de las personas. Si bien la nueva cepa del virus viene de China, tener pasaporte chino no debe ser tratado como un factor de riesgo. En la gripe porcina del 2009, el ministro de Salud de ese entonces identificó falsamente como primer caso a una turista extranjera. No cometamos el mismo error.