(Foto: AFP)
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Luis Gaspar Uribe

Han pasado cuatro meses desde que el se dirigió a los peruanos para comentar sobre su próximo viaje a nuestro país. “Nos veremos pronto, pero mientras tanto trabajen en la unidad y en la esperanza”, nos decía en agosto.

¡Qué fuertes resuenan esas palabras en nuestros corazones! Sobre todo cuanto más se acerca la fecha de su visita y cuando reflexionamos sobre las circunstancias por las que actualmente atraviesa nuestro país.

Los hechos de las últimas semanas, en los que la desgracia de la corrupción pareciera que alcanza a todos, incluso a aquellos que tomaron la honestidad y la decencia como banderas, nos golpean como país.

En un mensaje dirigido al “Encuentro de católicos que asumen responsabilidades políticas al servicio de los pueblos latinoamericanos”, que se desarrolló en Bogotá la semana pasada, el papa Francisco se refirió a los problemas que atraviesa la clase política de América Latina y subrayó “que los pueblos miran de lejos y critican a los políticos, y los ven como corporación de profesionales que tienen sus propios intereses o los denuncian airados, a veces sin las necesarias distinciones, como teñidos de corrupción”.

Y la tentación a generalizar pareciera que se va instalando en la ciudadanía y el desánimo lleva a muchos a pensar que todo está perdido.

Es en este panorama que el lema “Unidos por la esperanza” nos invita a pensar que, aunque parezca inalcanzable, es precisamente la esperanza la que debe instalarse en nuestros corazones.

Es nuestro deber y obligación levantarnos y mirar hacia arriba. Incluso quienes han caído en el pozo más hondo tienen la oportunidad de levantarse y redimirse.

El papa Francisco nos visitará del 18 al 21 de enero. ¡Qué mejor momento para abrazarnos como país y empezar a hacer realidad la ansiada reconciliación!

El Papa sabe y conoce la realidad latinoamericana, y así como es consciente de nuestros problemas y debilidades, también nos conoce como un pueblo con fe y devoción.

Por eso, en el prólogo del libro “Memoria, coraje y esperanza. A la luz del bicentenario de la independencia de América Latina”, del profesor uruguayo Guzmán Carriquiry, el papa Francisco deja muy claro lo que ha recogido durante sus viajes apostólicos a Latinoamérica.

“He podido admirar nuevamente las energías de fe y sabiduría, dignidad y solidaridad, alegría y esperanza que laten en el corazón de nuestra gente y animan su ethos cultural”.

Demostrémosle al papa Francisco que somos un pueblo alegre, con una fe inquebrantable y una devoción desbordante. Que pueda comprobar una vez más que somos la esperanza y que nos levantamos de nuestras crisis.

“Sueño con estar ya en el Perú”, le ha dicho el Papa en Roma al cardenal Juan Luis Cipriani. Que sepa que nosotros compartimos ese sueño de tenerlo pronto entre nosotros, porque estamos, justamente, unidos en la esperanza.