"Los dos problemas principales con la VP son que lleva a una votación estratégica en la primera ronda y, a menudo, elige a un candidato no representativo en la segunda". (Ilustración: Víctor Aguilar)
"Los dos problemas principales con la VP son que lleva a una votación estratégica en la primera ronda y, a menudo, elige a un candidato no representativo en la segunda". (Ilustración: Víctor Aguilar)

La es necesaria para construir democracias fuertes que representen adecuadamente las preferencias de los ciudadanos. A solo dos años del bicentenario de su independencia, los peruanos están repensando su sistema político para combatir la corrupción, aumentar la representatividad e incluir a las mujeres a través de seis reformas importantes.

Para mejorar aún más la democracia peruana, proponemos una reforma adicional: cambiar el método de votación peruano, que se basa en un sistema de votación plural (VP) con una segunda vuelta, por el sistema de ‘approval voting’ (AV). Bajo AV, los electores votan o aprueban tantos candidatos como deseen. Cada candidato aprobado recibe un voto, y el candidato con más votos gana.

Actualmente, el tiene un sistema de votación de dos rondas: (i) bajo VP, cada ciudadano está restringido a emitir un voto; (ii) si hay un candidato que obtiene 50% + 1 votos en la primera ronda, él/ella gana; (iii) de lo contrario, los dos candidatos que reciben la mayoría de los votos entran en una segunda ronda, bajo la cual gana el que recibe más votos.

Los dos problemas principales con la VP son que lleva a una votación estratégica en la primera ronda y, a menudo, elige a un candidato no representativo en la segunda. En la primera vuelta, un votante puede abandonar a su postulante favorito para votar por un candidato que tenga más posibilidades de pasar a la próxima vuelta. Esto, frecuentemente, termina colocando a candidatos relativamente extremos de izquierda y derecha en la segunda ronda; dejando fuera a los más moderados. La consecuencia de este tipo de votación es que el ganador de la izquierda o la derecha gobierna sobre un país polarizado con poco apoyo político, mientras que el AV elegiría y brindaría más apoyo a los candidatos que unan al país.

De las alternativas, recomendamos AV; no solo por su tendencia centrista, sino también por su simplicidad. Propuesto independientemente por varios analistas en la década de 1970 (incluido Brams), se cambia el principio de “una persona, un voto” a “un candidato, un voto”, asegurando que los electores puedan expresarse adecuadamente sin importar cuántos candidatos consideren aceptables.

El sistema actual solo permite un voto para un candidato, lo cual no es natural, ya que los votantes normalmente aprueban a más de un postulante, incluso teniendo un favorito. Bajo AV, ellos aún pueden votar solo por su favorito si lo desean, pero si no tienen una preferencia fuerte, pueden expresar este hecho votando por todos los candidatos que consideren aceptables. Además, si el candidato preferido de un votante tiene pocas posibilidades de ganar, ese votante puede votar tanto por su candidato de preferencia como por un candidato más viable sin preocuparse por desperdiciar su voto en el menos popular.

AV redefine qué es una opción democrática. Induce a los candidatos a reflejar las opiniones de la mayoría de los votantes, no solo a atender a las minorías, cuyos votantes podrían darles una ligera ventaja en una concurrida competencia. También reduce las campañas negativas, porque los candidatos no querrán alienar a los votantes que podrían tener una primera opción diferente.

Esto no significa que los candidatos minoritarios sufrirán bajo AV. Debido a que AV permite que sus seguidores voten tanto por el candidato minoritario como por uno más fuerte, los seguidores no se verán tentados a dejar al más débil en las encuestas. Por lo tanto, los candidatos minoritarios recibirán su verdadero nivel de apoyo bajo AV, incluso si no pueden ganar. Esto hará que los resultados electorales reflejen mejor la aceptabilidad general de los candidatos,sin tanta distorsión proveniente de la votación estratégica.

El Perú estará en buena compañía. AV es utilizado por varias sociedades de ciencia e ingeniería, con cientos de miles de miembros, y en algunas elecciones públicas en Estados Unidos. Desde el siglo XIII, se ha utilizado para elegir papas, y desde la Segunda Guerra Mundial para elegir secretarios generales de la ONU. En el Perú, AV podría adoptarse sin ninguna enmienda constitucional.

Imagine un mundo donde los peruanos no se ven obligados a elegir “el mal menor” cada cinco años. Ahora, hagamos que suceda.