Ocurrió lo que muchos temían o esperaban: esta semana se ordenó un segundo aislamiento para buena parte del país, que durará hasta mediados de mes. Y, al incluirse esta vez a Lima, vimos muchas reacciones furibundas como convocatorias a marchas y manifestaciones públicas en contra de la cuarentena y, de pasadita, en contra de las vacunas.
El jueves por la tarde –convocados por redes sociales y usando los hashtags #NoAlToqueDeQuiebra, #NoALaCuarentena, y #DesobedienciaCivil – decenas de personas se reunieron en la plaza San Martín y marcharon hasta el Congreso para que se escuche su reclamo. Como se esperaba –y en consecuencia con su manifestación de rebeldía–, muchos estaban sin mascarilla o la llevaban mal puesta, pese a que ha quedado ampliamente demostrada su importancia en la estrategia para frenar las transmisiones del SARS-CoV-2. Pero, total, lo que les importaba era reclamar porque no les dejan salir ¿verdad?
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Pero tan igual de peligroso fue el espacio que se le dio a quienes exigen el uso del dióxido de cloro, a los antivacunas y a quienes luchan contra el nuevo orden mundial. Algunos, incluso, se dirigieron a los asistentes, ya entrada la noche, para decir que “esta pandemia es una gran mentira”, porque sino “ahorita este llamado virus estaría matando por millones”. Las más de dos millones de personas muertas por COVID-19, sin contar a los fallecidos por efectos colaterales de la emergencia sanitaria global, parecen no contar para esta gente.
¿Sirven las cuarentenas? La OMS encargó una revisión de estudios a la organización Cochrane y la Universidad del Danubio-Krems. Aunque la evidencia es limitada, se sabe que las cuarentenas en combinación con otras medidas de salud pública son importantes para reducir la incidencia y mortalidad durante la pandemia del COVID-19. Eso explica por qué varios países, sin importar si son ricos o pobres, están hoy en cuarentenas totales o parciales. ¿Y sirven las vacunas? Le dejo unos datos: previenen más de 20 enfermedades y, según Unicef, el 30% de las muertes de niños menores de 5 años se pueden prevenir gracias a las vacunas.
La nueva cuarentena que vamos a enfrentar es distinta. No solo porque será más permisiva desde el inicio, sino porque debemos enfrentarla de otra manera: sabiendo que al no salir generaremos un impacto positivo en el control de la pandemia. No se beneficiará usted solo, nos beneficiaremos todos. Si podemos darnos el lujo de quedarnos en casa, debemos hacerlo.
A casi un año de pandemia, cada quien hace su propio balance. Pero si hay una lección que todos hemos debido aprender es que, en esto, nadie baila con su pañuelo. A los que podemos nos toca quedarnos en casa y a las autoridades les toca actuar. O remamos todos juntos para el mismo lado o nos hundimos.
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