"Más de 70 países se comprometieron a alcanzar un volumen neto de emisiones de carbono igual a cero, a más tardar, en el 2050". (Ilustración: Víctor Aguilar Rúa)
"Más de 70 países se comprometieron a alcanzar un volumen neto de emisiones de carbono igual a cero, a más tardar, en el 2050". (Ilustración: Víctor Aguilar Rúa)
António Guterres

En la víspera de la Cumbre sobre la de las Naciones Unidas, celebrada en setiembre, millones de jóvenes se movilizaron y transmitieron el siguiente mensaje a los dirigentes del mundo: “Nos están fallando”.

Tienen razón.

Convoqué la Cumbre sobre la Acción Climática para que fuera el punto de partida del camino que debemos recorrer si queremos cumplir los plazos cruciales del 2020, que se fijaron en el Acuerdo de París sobre el cambio climático.

Más de 70 países se comprometieron a alcanzar un volumen neto de emisiones de igual a cero, a más tardar, en el 2050, aunque los principales emisores no lo hayan hecho todavía. Más de 100 ciudades, entre ellas varias de las más grandes del planeta, siguieron su ejemplo.

Al menos 70 países anunciaron su intención de impulsar la aplicación de los planes nacionales derivados del Acuerdo de París, a más tardar, en el 2020.

Unidos, los pequeños estados insulares se comprometieron a alcanzar la neutralidad en carbono y utilizar solo energías renovables, a más tardar, en el 2030.

Distintos países, de Pakistán a Guatemala, pasando por Colombia, Nigeria, Nueva Zelanda y Barbados, prometieron plantar más de 11 mil millones de árboles.

Más de 100 dirigentes del sector privado se comprometieron a acelerar su transición a una economía verde.

Algunos de los mayores propietarios de activos del mundo, responsables de gestionar fondos de un valor de más de 2 billones de dólares, se comprometieron a transformar sus carteras y realizar inversiones neutras en carbono, a más tardar, en el 2050.

Todo esto se suma al llamado hecho recientemente por un grupo de gestores de activos que representan casi la mitad del capital invertido del mundo (unos 34 billones de dólares) para que se ponga un precio significativo al carbono y se eliminen gradualmente los subsidios a los combustibles fósiles y la energía térmica a base de carbón.

El Club Internacional de Instituciones Financieras para el Desarrollo se comprometió a movilizar 1 billón de dólares para financiar el uso de las energías limpias, a más tardar, en el 2025, en 20 de los países menos desarrollados.

Un tercio del sector bancario mundial se comprometió a armonizar sus prácticas con los objetivos del Acuerdo de París y los Objetivos de Desarrollo Sostenible.

Todas estas medidas son importantes, pero no suficientes.

Si queremos alejarnos del precipicio climático, hará falta hacer bastante más para responder al llamado de la y reducir las emisiones de gases de efecto invernadero en un 45%, a más tardar, en el 2030; conseguir la neutralidad en carbono, a más tardar, en el 2050; y limitar el aumento de la temperatura a 1,5 grados hacia finales de siglo. Así es como podremos garantizar el futuro del planeta.

Debemos avanzar mucho más en la fijación del precio del carbono asegurando que no se abran más plantas de carbón después del 2020.

Al mismo tiempo, los países desarrollados deben cumplir su compromiso de aportar 100 mil millones de dólares al año procedentes de fuentes públicas y privadas, a más tardar en el 2020, para fines de mitigación y adaptación en los países en desarrollo.

Me aseguraré de que los países, el sector privado y las autoridades locales respondan a los compromisos que han adquirido y lo haré a partir de este mismo mes de diciembre durante la conferencia de las Naciones Unidas sobre el clima que tendrá lugar en Santiago de Chile. Las Naciones Unidas apoyan unánimemente el cumplimiento de tales iniciativas.

La ciencia nos dice que, de seguir por este camino, el sobrecalentamiento global habrá aumentado como mínimo, 3 ºC a finales del siglo. Yo ya no estaré en este mundo, pero mis nietas, sí.

Me niego a ser cómplice de la destrucción del único hogar que tienen.

La juventud, las Naciones Unidas y un número cada vez mayor de dirigentes del mundo empresarial y financiero, el sector público, la sociedad civil y, en suma, muchos de nosotros, nos estamos movilizando y tomando medidas.

Sin embargo, necesitamos que muchas más personas se sumen a nuestra lucha para poder triunfar.

Tenemos un largo camino por recorrer, pero ya hemos dado el primer paso.