(Ilustración: Giovanni Tazza)
(Ilustración: Giovanni Tazza)
Ximena Benavides

Cuando el Gobierno anunció una ‘tarifa social’ plana con las clínicas privadas para los pacientes con COVID-19, generó la impresión de que la congestión hospitalaria se había resuelto; la atención de personas infectadas ahora sería mejor y más rápida. Sin embargo, este modelo de pago crea una falsa percepción de mejora y no resuelve un problema de fondo: la baja capacidad estatal de gestión en salud.

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