"Ya podemos extraer algunas conclusiones sobre cómo vendrán los próximos meses, de cara a las presidenciales del 2021".(Ilustración: Giovanni Tazza).
"Ya podemos extraer algunas conclusiones sobre cómo vendrán los próximos meses, de cara a las presidenciales del 2021".(Ilustración: Giovanni Tazza).
/ Giovanni Tazza
Pedro Tenorio

Todos tenemos ojos para observar el fraccionado que elegimos el domingo 26 (tendrá nueve grupos parlamentarios, a diferencia de los seis que iniciaron en el 2011 y los seis del 2016) y pronto la ONPE confirmará dónde se ubican geográficamente los bolsones electorales de cada partido, mostrando así sus fortalezas actuales y futuras. Sin embargo, ya podemos extraer algunas conclusiones sobre cómo vendrán los próximos meses, de cara a las presidenciales del 2021.

La primera es que en ambos extremos del firmamento electoral se produjeron hecatombes políticas que afectarán seriamente a sus protagonistas. Hablamos de Fuerza Popular (FP) y del Partido Morado, que han quedado muy lejos de sus objetivos trazados a inicios de campaña. En FP, con Martha Chávez a la cabeza y otros dirigentes –que venían haciéndose conocidos–, ha quedado evidenciado que no hay fujimorismo sin “Fujimoris”. Más que el proceso penal que afronta su lideresa (y que esta semana la puso nuevamente en prisión preventiva) han sido los últimos tres años de gestión parlamentaria lo que marcó el actual destino de FP en las urnas. Se les advirtió que esto ocurriría, más aún con una opinión pública hastiada de tantas pugnas con el Ejecutivo y una actitud de ‘blindaje’ y escaso compromiso en la lucha anticorrupción. El resultado es una debacle y demuestra hasta qué punto la crisis en FP se acentúa con el correr del tiempo.

En el partido de Julio Guzmán se vive un ambiente de velorio y de gran incertidumbre por lo que vendrá. Estas elecciones eran su gran lanzamiento nacional. Ello no ocurrió y hoy nadie duda de que la principal responsabilidad la tiene su líder, tanto por la manera como afrontó el Caso Mora como el propio escándalo en que se vio envuelto. ¿Se reconciliará Guzmán con sus posibles electores? Será muy difícil, sobre todo porque sus circunstancias rayan en el ridículo y este suele ser cruel con quienes se enredan en él. ¡Que le prendan velas!

Tampoco se puede pasar por alto la resurrección de Daniel Urresti, quien perdió la Alcaldía de Lima en el 2018 pero hoy capitaliza buena parte del clamor por ‘mano dura’ que nutría al fujimorismo y otros. Su performance al frente de Podemos lo coloca en el partidor del 2021. Tratará de moderarse, de ubicarse más al centro, lo que no le será fácil.

El Frepap atrajo un voto de protesta –que pudo ir a cualquiera ajeno al elenco estable de estos tres años–, pero ahora tendrá que demostrar que puede aportar al debate de los grandes temas nacionales. Le será difícil erigir un candidato al 2021 que trascienda las túnicas. Una cosa es llegar al desprestigiado Congreso, otra alcanzar Palacio de Gobierno.

Desde un balcón Salvador del Solar mira el escenario más propicio para sus intereses. Ningún líder, ningún partido ajeno a se despuntó en estos comicios. El gran elector nacional sigue buscando.

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