José Carlos Requena

Los tiempos recientes del mandato de hacen recordar al inicio del fin de su predecesor y compañero de fórmula presidencial, . Es que ciertos patrones se repiten, como puede colegirse de una rápida revisión de hechos y acciones que han generado titulares.

Desdén, por José Carlos Requena ( Ilustración: Victor Aguilar Rúa)
Desdén, por José Carlos Requena ( Ilustración: Victor Aguilar Rúa)

Como Castillo, Boluarte ve apartarse a su abogado. El abogado de Castillo se hizo conocido por la prominencia de su defendido y tuvo varios amagues antes de dejar definitivamente el encargo. Hoy, dice que quiere preservar “la integridad presidencial”, pero esa consideración podría haber estado ausente en las acciones previas del letrado; esto, de comprobarse la tesis fiscal del caso .

Como Castillo, Boluarte ha visto allanados su domicilio y su sede laboral, situaciones que también enfrentaron su entorno y su defensa. Las indagaciones efectuadas a Castillo hicieron conocer que su personal de confianza guardaba efectivo en . El allanamiento a las oficinas Boluarte, en cambio, reveló que la versión inicial sobre el origen de sus carecía de sustento, como bien lo admitiría la propia presidenta en ulterior

Como ocurrió con Castillo, el nombre utilizado por la para uno de los casos que comprometen a Boluarte alude a un gobierno paralelo, ejercido en la penumbra. Así, las indagaciones sobre lo que pasaba en la casa de formaron parte del , mientras que los dudosos movimientos del entorno de Boluarte se denominan Los Waykis en la Sombra, prestando el término quechua que la presidenta empleó para referirse a , pero extendiéndolo a una red mucho más amplia.

Como ocurrió con Castillo, con Boluarte varias designaciones y contrataciones parecen corresponder a una mirada patrimonialista del , tal y como lo describe el reciente reportaje de “Punto final” sobre la situación en el IPD (Latina, 19/5/2024). De igual modo, los problemas de Castillo empezaron cuando quiso torcer la institucionalidad militar e imponer ascensos. Con designaciones o contrataciones sin sustento, Boluarte podría crearse un pasivo adicional a los que ya enfrenta.

A contracorriente del vals de Julio Jaramillo, cuyo título replica esta columna (toda repetición es una ofensa y toda supresión es un olvido), el gobierno de Boluarte se va convirtiendo en una reiteración de aquel, tan presente en la memoria política reciente. De hecho, hace exactamente tres años, día del debate técnico de la segunda vuelta, Boluarte decía que la principal tarea del gobierno de sería “la lucha contra el flagelo de la , caiga quien caiga”. Como resulta evidente en nuestro atribulado presente, esta sigue siendo una tarea pendiente.

*El Comercio abre sus páginas al intercambio de ideas y reflexiones. En este marco plural, el Diario no necesariamente coincide con las opiniones de los articulistas que las firman, aunque siempre las respeta.

José Carlos Requena es Analista político y socio de la consultora Público