María Cecilia  Villegas

El aumento de la participación de las en la fuerza laboral es una de las tres trasformaciones estructurales que explican el avance social y la en América Latina. Los otros dos son la urbanización y el crecimiento del sector servicios. El acceso de más mujeres a trabajos remunerados ha tenido un impacto importantísimo en el desarrollo y ha venido acompañado de un aumento en los años de escolaridad femenina. Sin embargo, pese a haber alcanzado un nivel de educación más alto, no hemos logrado iguales resultados en el acceso a posiciones de liderazgo. Las mujeres aún enfrentan distintas barreras para lograr su crecimiento profesional.

Estas barreras en el mercado laboral se manifiestan en distintos niveles: acceso a y permanencia en el trabajo, brecha salarial, segregación en sectores menos productivos y en perspectivas laborales, ascensos y crecimiento profesional.

En el Perú, aún existe una importante brecha de desigualdad salarial entre hombres y mujeres, incluso en posiciones gerenciales y de alta dirección. Si bien todos los tipos de desigualdad tienen consecuencias económicas, McKinsey encontró que promover la igualdad de las mujeres en el acceso a trabajos puede agregar US$12 billones al crecimiento global. Esto es, la falta de paridad entre hombres y mujeres tiene un impacto económico importante. O, visto de otra manera, lograr una mayor participación de mujeres en la fuerza laboral, y sobre todo que lleguen a las posiciones más altas, es una gran oportunidad económica.

Una barrera importante es que aún hoy las mujeres asumen en gran medida las obligaciones domésticas, dedicando una parte importante de horas a actividades no remuneradas, lo que afecta sus oportunidades económicas. Las mujeres dedican 13 horas semanales más al trabajo que los hombres.

Además, ciertos estereotipos y normas sociales de género llevan a que los empleadores no siempre les den a las mujeres oportunidades de ascenso y capacitación. Por ejemplo, la idea de que dejarán el trabajo cuando se embaracen, o que su carga doméstica será mayor y, por ello, le dedicarán menos tiempo al trabajo. Esta marcada inequidad de género impide que las mujeres lleguen a los puestos más altos dentro de las organizaciones. Por otro lado, una de las mayores manifestaciones de inequidad de género es el acoso sexual laboral. Esta práctica debilita el desempeño de las trabajadoras, condiciona a muchas mujeres a mantenerse en una posición de vulnerabilidad, y es una de las causas de que valiosas colaboradoras abandonen la empresa.

El acceso de las mujeres a posiciones de liderazgo empresarial en el Perú es aún limitado. En promedio, las mujeres están solo en el 13% de los cargos directivos y en una de cada nueve gerencias generales. Del total de empresas que cotizan en la Bolsa de Valores de Lima (BVL) solo el 41% tiene en su directorio a una o más mujeres. En el resto, los directorios están integrados solo por hombres. Esto hace que del total de puestos de directores solo el 9% esté ocupado por una mujer. Ello, pese a que la presencia de mujeres en los directorios ha demostrado tener un impacto positivo en variables como mayores activos, mayores ingresos y mayor compromiso de sus trabajadores. Las compañías con tres o más mujeres en sus directorios obtienen mejor rentabilidad sobre su patrimonio, lo que provoca que la valorización de dichas compañías aumente en el mercado. A mayor diversidad, hay una mejora en la toma de decisiones y mayor innovación.

La contratación, retención y el acceso de mujeres a posiciones de liderazgo es un reto. En nuestro país, mientras una de cada dos estudiantes universitarios es mujer, solo una de cada cuatro gerencias y una de cada diez posiciones en el directorio están ocupados por mujeres. Así se desperdicia el potencial de personal altamente capacitado.

En el Perú tenemos muchas mujeres preparadas para sentarse en directorios. La diversidad en el directorio, no solo de género, sino en formación, experiencia y capacidades tiene un impacto positivo en los resultados de las empresas y la satisfacción de sus consumidores. Para poder lograr una mayor participación de mujeres en posiciones de liderazgo necesitamos aliados. Los que ya hoy tienen esas posiciones son quienes tienen la llave para abrirles oportunidades a más mujeres y, con ello, lograr un impulso económico para el país.

*El Comercio abre sus páginas al intercambio de ideas y reflexiones. En este marco plural, el Diario no necesariamente coincide con las opiniones de los articulistas que las firman, aunque siempre las respeta.

Maria Cecilia Villegas es CEO de Capitalismo Consciente Perú

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