El es uno de los grandes misterios de la humanidad. Esto, porque no se puede comprender y explicar científicamente cómo la fue fecundada por el Espíritu Santo. Su nacimiento fue un milagro, un hecho imposible de explicar por las leyes de la naturaleza, producto de una intervención de origen divino.

¿Cómo nació Yeshúa (Jesús en hebreo, que significa salvador)? Para responder esta interrogante hay que recurrir a las fuentes: los evangelistas Mateo, Marcos y Lucas. Mateo y Lucas coinciden en que nació de una mujer virgen. Mateo incluso habla de los , que en realidad eran adivinos y sacerdotes de una religión. Y se refiere a la estrella que los dirigió hasta el pesebre, para algunos, “la estrella decana”, porque solo se puede ver en el hemisferio norte cada diez años.

En cambio, Lucas, que le dedicó su escrito a Teófilo, un cristiano adinerado, habla con lujo de detalles sobre el nacimiento de Jesús en Belén, pero no menciona la visita de los reyes magos ni la huida a Egipto –como sí lo hace Mateo–. Sin embargo, sí señala que los pastores fueron convocados por un ángel para que fueran a visitar al niño Dios, que estaba acostado en una pesebrera. También relata cómo el niño fue circuncidado al octavo día y luego presentado en el templo, porque, de acuerdo con la ley mosaica, tenía que cumplirse el rito de la purificación de la madre y la consagración del niño.

San Marcos, finalmente, no se refiere a estos hechos, porque él nos muestra a un Jesús ya mayor.

Al margen de los evangelistas, por otro lado, hay una serie de historiadores que mencionan al Nazareno, como Tácito, que dice que fue ejecutado por Poncio Pilato, Suetonio, Flavio Josefo y Plinio el Joven. Hubo, pues, no solo un Jesús divino y milagroso, sino también un Jesús histórico que vino a liberar a la humanidad del mal; es decir, del pecado. De eso no cabe la menor duda. El nacimiento y sus participantes, tal y como los conocemos hasta ahora, son una mezcla de los hechos mencionados por Mateo y Lucas, y recreados por Giovanni Bernardone, más conocido como San Francisco de Asís: el niño en el centro; la Virgen María y San José; los pastores y los animales del pesebre; y, finalmente, los tres reyes magos. Estos hechos sucedieron un 25 de diciembre, que para los primeros cristianos era una fecha convencional hasta que años después el monje erudito y matemático Dionisio el Exiguo formalizó su datación.

¡Feliz Navidad y felicitaciones a todos aquellos que nacieron el 25 de diciembre!

*El Comercio abre sus páginas al intercambio de ideas y reflexiones. En este marco plural, el Diario no necesariamente coincide con las opiniones de los articulistas que las firman, aunque siempre las respeta.

Francisco Miró Quesada Rada es exdirector de El Comercio

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