"La mayoría de los argumentos de Bukele no se sostienen" (Ilustración: Víctor Aguilar Rua=
"La mayoría de los argumentos de Bukele no se sostienen" (Ilustración: Víctor Aguilar Rua=
/ Victor Aguilar Rua
Andrés Oppenheimer

es el primer país del mundo en adoptar el como moneda de curso legal, lo que ha generado especulaciones de que otras naciones latinoamericanas seguirán sus pasos. Pero, por lo que escucho de varios expertos, soy bastante escéptico de que el experimento de El Salvador con esta criptomoneda llegue muy lejos, incluso dentro de ese país.

Hay razones para creer que el presidente salvadoreño, , impulsó la “ley Bitcoin” y la anunció con bombos y platillos el 8 de junio para desviar la atención de las críticas internacionales sobre el creciente autoritarismo de su gobierno.

La llamada “ley Bitcoin” de El Salvador debe entrar en vigencia dentro de 90 días y obligará a los comerciantes a aceptar la criptomoneda como forma de pago, a menos que puedan demostrar que no tienen los medios tecnológicos para hacerlo. También permitirá a la gente pagar sus impuestos en bitcoins.

Bukele, de 39 años, dice que la nueva ley hará que aumenten los ingresos del país porque le permitirá a los salvadoreños recibir dinero de sus familiares en Estados Unidos gratuitamente, sin tener que pagar altas comisiones bancarias. Las remesas familiares representan el 21% del producto bruto salvadoreño, según el Banco Mundial.

En cuanto a las enormes cantidades de energía que se necesitarían para la minería de bitcoins, Bukele dice que El Salvador podría utilizar sus volcanes como fuente renovable de energía geotérmica para producirlas. Se estima que la producción mundial de bitcoins requiere tanta energía por año como un país del tamaño de Argentina.

El problema es que la mayoría de los argumentos de Bukele no se sostienen. En primer lugar, hacer transacciones con bitcoins es complicado, o por lo menos más complejo que enviar una transferencia bancaria. Un gran porcentaje de salvadoreños no tiene acceso a Internet. Si ya les resulta difícil hacer transacciones bancarias, les resultará aun más difícil hacer transferencias de bitcoins.

En segundo lugar, los bitcoins son una moneda muy inestable, que cayó de US$63.000 por unidad en abril a US$40.000 esta semana. En comparación, el dólar estadounidense –que El Salvador adoptó como moneda oficial en 2001– es mucho más seguro.

En tercer lugar, me pregunto si la “ley Bitcoin” atraerá al tipo de inversores extranjeros que el país necesita. En lugar de emprendedores tecnológicos, podría atraer a los cárteles y otras organizaciones criminales que quieran aprovechar el anonimato que dan las transacciones en criptomonedas.

El Colegio de Profesionales de Ciencias Económicas de El Salvador emitió un comunicado el 14 de junio pidiendo “derogar” la “ley Bitcoin”, entre otras cosas porque “podría usarse para fomentar el comercio ilegal y el lavado de dinero”.

Lo más probable es que la “ley Bitcoin” de Bukele sea teatro político y una distracción para desviar la atención internacional de los recientes intentos del presidente por acaparar poderes absolutos. El 1 de mayo, la mayoría legislativa del partido de Bukele despidió a cinco miembros clave de la Corte Suprema y al fiscal general del país, en una medida que Estados Unidos y varias otras democracias denunciaron como una violación de las normas democráticas.

Al igual que otros grandes proyectos latinoamericanos que nunca se materializaron, como cuando el difunto demagogo venezolano Hugo Chávez anunció en el 2006 el “Gran Gasoducto del Sur” que uniría a Venezuela, Brasil y Argentina, todo apunta a que la “ley Bitcoin” de El Salvador va a terminar siendo otro sueño tropical.


–Glosado y editado–

© El Nuevo Herald. Distribuido por Tribune Content Agency, LLC

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