Ante la inminente proclamación de Pedro Castillo debemos reclamarle a quienes hoy no lo hacen, reconocer que en el empate político del que dan cuenta las elecciones fue él, por muy poco, quien fue elegido y le toca gobernar.
Dicho lo cual, tenemos el derecho a hacer preguntas sobre cómo gobernará. Hay tantas versiones, tanta generalidad y tantas contradicciones, que ya casi en vísperas del 28 de julio, necesitamos respuestas concretas del propio Pedro Castillo.
Ha dicho ya que la primera medida que anunciará en su discurso inaugural será pedirle al Congreso que “agende inmediatamente la instalación de la Asamblea Nacional Constituyente para hacer con el pueblo la primera Constitución del pueblo”. Como esa figura no existe en la Constitución el Congreso no puede decirle sí, así quisiera.
La pregunta es obvia y hay que repetirla hasta conocer la respuesta: ¿qué viene después de eso? Lo democrático sería que aceptase la realidad e inicie conversaciones políticas para cambios posibles a la Constitución vigente; es decir, los que sean viables para sobrepasar los 87 votos. Más allá de los sectores extremistas de su entorno, hay un consenso incluso en muchos de los que ahora lo apoyan, de que eso sería lo más sensato y a la vez lo único viable.
Lamentablemente la otra opción sigue abierta. En el mismo discurso citado sostiene que “si el Congreso intenta evitar que hagamos los cambios que necesitamos, continuaremos movilizando a la gente en las calles. Vengo de estas luchas de base (...). Esta pelea me ha tocado personalmente de muchas maneras y por eso estoy aquí”.
Surge la interrogante de cómo quedan luego de estas declaraciones los esfuerzos de Pedro Francke (¿su vocero económico?), quien durante semanas ha insistido en que los cambios que buscan a ese nivel se pueden hacer dentro del marco de la actual Constitución. Se cae de madura la pregunta: si para Pedro Castillo, en cambio, solo con una nueva Constitución podría producir resultados, ¿cuáles son las medidas económicas, que no incluye Francke y que él considera que si se deben implementar?
En otro ámbito, el de justicia, surgen también preocupaciones.
Se van conociendo las múltiples ramificaciones de lo que el contralor Nelson Shack ha llamado “la mega corrupción en la región Junín”.
El caso “Los dinámicos del centro”, que empezó como una investigación de la DIVIAC y la fiscalía anticorrupción de Junín, sobre un ya de por sí escandaloso fraude en la emisión de brevetes, se fue convirtiendo en una sobre el uso ilegal de esos dineros y otros, para el financiamiento de la campaña de Perú Libre.
Hay ya varios aspirantes a colaborador eficaz que apuntalan las tesis fiscales. Más complicado aun para los potenciales involucrados es que de acuerdo a Graciela Villasís, jefa de la Unidad de Investigación de El Comercio, habría unos 30.000 audios grabados legalmente en el marco de esta investigación y que están siendo examinados por la fiscalía.
Agreguemos que Vladimir Cerrón tiene, en paralelo, investigaciones sobre lavado de activos por depósitos millonarios que no tiene cómo justificar de acuerdo a sus declaraciones de ingresos. El origen del dinero, que es el objetivo de ese tipo de investigaciones, podría trascender al mal manejo de los recursos del gobierno regional (lo que ya de por sí sería muy grave) y provenir de fuentes a su vez ilícitas.
Es imposible que un tema de presunta corrupción en el partido de gobierno pueda tener un perfil bajo a nivel político. La intolerancia de varios líderes de Perú Libre a que la prensa los difunda es inadmisible. Peor todavía, si como sostiene la fiscalía fueron destinados a financiar la campaña de quien va a representar a la Nación.
Con lo graves que han sido los casos de corrupción en gobiernos anteriores, todos fueron descubiertos después de que estos cesaran en funciones. Este caso, cuyas ramificaciones recién estamos conociendo, coincide con la llegada al poder del partido involucrado. Esto pondrá a prueba la retórica anticorrupción de Pedro Castillo; por cierto, la misma que enarbolaron todos los que hoy son procesados por haber incurrido en ella.
CODA: me siento orgulloso que en la época en que fui ministro hayamos creado la División de Investigaciones de Delitos de Alta Complejidad, la DIVIAC. División policial que ha sido desde entonces responsable de las más importantes investigaciones sobre el crimen organizado, incluyendo la que involucra a la política, independientemente de la orientación de los potenciales involucrados. Por eso los sectores más trogloditas del fujimorismo plantearon que, de gobernar, la cerrarían. Lo mismo deben estar pensando los afectados por la actual investigación y que tendrán el poder a partir de 28 de julio. La DIVIAC es un ejemplo de trabajo policial exitoso y hay que defenderla de unos y otros, para que siga descubriendo lo que se quiere mantener oculto.
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