"Paredes intenta matar moscas con sillas", por Aldo Mariátegui
"Paredes intenta matar moscas con sillas", por Aldo Mariátegui
Redacción EC

Imaginemos que Nadine, que pesará unos 50 kilos, va a un evento sola y se toma un pisco sour por cortesía. No liba más ni come nada. Sale, maneja su auto y a unas cuadras se le empotra una . Viene la policía y arrojará más de 0,5. Nadine no está ni remotamente beoda ni inhabilitada físicamente para conducir. Nadine no causó el accidente. Nadine salió con un índice mayor porque su metabolismo femenino procesa más lentamente el alcohol. Sin embargo, Nadine para el ministro Carlos Paredes será una ebria peligrosa y le suspenderá el brevete por… ¡el resto de su vida! (y por tres años si no hubo accidente).

¿Le parece normal que se apliquen medidas tan extremas? ¿No es una histérica sobrerreacción populista de Paredes para responder a las barbaridades de Orión y quedar bien ante Ollanta? ¿Es normal que el Estado te quite tu derecho a conducir por el resto de tu vida (con ese criterio se aplicaría cadena perpetua inmediata a todo criminal) o que coacte tu libertad de movimiento por tres largos años por una infracción sin daños a nadie? ¿Esto generará más bien una escalada en la corrupción, dado que vamos a tener al frente a un policía que sabe del tremendo poder que tiene entre manos y a un conductor dispuesto a todo con tal de no perder su licencia para siempre o por más de mil días?.

Y vamos al origen del asunto: el culpable de que se aplique esta lógica tan peruana de usar sanciones tan extremas partiendo de límites tan bajos es el ministro aprista Enrique Cornejo, un genio al que se le ocurrió bajar el límite de un razonable 0,75 a 0,5. ¿Saben ustedes cuál es el límite en un país tan maniático con el tránsito como EE.UU.? 0,8, tal como en sus vecinos México y Canadá (y la primera vez que te detectan manejando en Canadá sobre ese límite te suspenden el brevete un año, no tres). Salvo El Salvador, en toda Centroamérica varía entre 0,8 y 0,75. Pero como Cretinoamérica se vuelve más cretina conforme se baja en el mapa, en esta zona (salvo en los sorprendentemente cuerdos Ecuador y Bolivia) comienza la demencia: En Brasil, Colombia y Chile prohíben absolutamente la ingesta de alcohol al manejar –lo que ha disparado la corrupción policial y deshecho los negocios nocturnos–, algo irreal que casi no se ve en el resto de Occidente (pero aun en Chile solo te suspenden el brevete por un año a la primera, no tres o para siempre) y que convierte a cualquier ciudadano en un criminal por una tontera.

Mi favorito es Nueva Zelanda: tolerancia 0 para pilotos menores de 20 años (que son los que más chocan con alcohol) y 0,8 para los mayores, ambas con multas y suspensión de brevete por un semestre a la primera. Eso es lo razonable.