El ataque que sufrieron la madrugada del domingo los congresistas Patricia Chirinos y Luis Aragón en el bar La Noche de Barranco no solo refleja el nivel de crispación que vive el país, sino que es un triste adelanto de lo que podría pasar en la campaña de cara a los comicios generales del 2026.
Los agravios verbales fueron directamente contra Chirinos, a quien incluso le arrojaron un vaso de vidrio que no le llegó a impactar. Los insultos fueron desde “no representas a nadie” hasta “ladrona”. Los legisladores se vieron obligados a dejar el lugar. Antes de ello, Chirinos les respondió con un gesto obsceno.
Algunos de los agresores han sido identificados por los videos tanto de las cámaras de seguridad del local como de las grabaciones desde teléfonos. Ellos serían Juan Paolo Gómez (el que presuntamente arrojó el vaso de vidrio), quien por el incidente fue despedido de su puesto de docente en la Universidad de Lima, Rodrigo Flores (identificado como el que insulta directamente a la congresista), Sandro Calderón (quien sería profesor del colegio Markham) y Alessandra Bianchi Cruzado.
En entrevista con Canal N, el congresista Aragón detalló que él y Chirinos llegaron al local a las 2:15 a.m. y que estuvieron por más de media hora antes de que se iniciaran los incidentes. Al parecer uno de los asistentes reconoció a la congresista e inició la agresión.
Desde el domingo han sido varias y diversas las reacciones sobre el hecho, desde quienes dicen que los políticos cosechan lo que siembran, pasando por la libertad de expresión, hasta la condena total.
El reclamo violento e irrespetuoso debe rechazarse siempre; por eso, llama la atención cómo dos mujeres políticas justificaron lo ocurrido, pues la persona agredida no comparte sus ideas políticas.
Por ejemplo, Lucía Alvites, de Nuevo Perú: “Los golpistas son cómplices de asesinatos y no deberían caminar tranquilos impunemente”.
Entonces, ¿está bien lanzar un vaso de vidrio contra alguien para que no camine impunemente?
La extitular de la PCM Mirtha Vásquez no se quedó atrás en justificar la violencia.
“La sanción moral es una de las acciones más importantes que nos toca emprender. Que no se sientan impunes, porque así vamos a responder”, señaló quien no tuvo reparos en ser copartícipe del gobierno del golpista y corrupto Pedro Castillo.
Es lamentable cómo mujeres políticas que dicen ser defensoras de la “igualdad” no dudan en aliarse con la violencia cuando esta apunta a sus supuestos “enemigos políticos”.
Quienes dicen defender a las mujeres y luchar contra la violencia hacia ellas deberían dejar de justificar las agresiones a sus adversarias políticas.