Parece que hay elecciones. Nosotros no nos habíamos enterado, pero regresando de la celebración de Año Nuevo vimos unos carteles en la carretera y hemos decidido participar. Veníamos seis en el carro y a todos nos pareció una buena idea. Éramos, además, tres hombres y tres mujeres, lo que nos daba de arranque una conformación paritaria: prueba providencial de que la causa que enarbolemos será justa.
Nada más llegar a Lima, nos pusimos a reclutar adherentes, porque se necesita completar una lista de 130 candidatos (las elecciones, por si acaso, son solo congresales). Entendemos que algunos de ellos tienen que ser de otras regiones del país, pero esos detalles los vamos a pulir al final.
No se vaya a creer por eso que somos unos improvisados. Sabemos, por ejemplo, que para inscribir un partido se requiere juntar un montón de firmas y que ya no estamos a tiempo para hacerlo. Pero nos han pasado el dato de que hay algunos que ya están registrados y que escuchan ofertas. Así que una comisión se está encargando de tomar contacto con ellos y explorar la posibilidad de lograr una alianza. Tendríamos, eso sí, que cambiarle de nombre a la coalición resultante, porque la renovación, nos dicen, es uno de los valores llamados a imponerse en este proceso.
El asunto, en consecuencia, ha merecido una tormenta de ideas de nuestra parte. ¿Cómo ponerle al nuevo movimiento para que cualquier compatriota se sienta tentado a apoyarlo sin importar sus preferencias ideológicas? De primera intención, el cometido parece imposible, pero no hay que desesperar. La verdad es que uno no tiene que inventar la pólvora y que los ejemplos de lo que funciona están a la vista.
–Patriótico y plural–
Una rápida revisión de las denominaciones que ya existen nos reveló que la inclusión de la palabra ‘Perú’ resultaba fundamental. Se puede optar también por expresiones relativamente equivalentes como ‘patria’ o ‘país’, pero nada como el nombre mismo de la tierra que nos vio nacer para exaltar el adormecido nacionalismo que anida en el corazón de cada votante.
De otro lado, daría la impresión de que añadirle a la fórmula un verbo que incite al movimiento o al esfuerzo es también recomendable. Y si está en la primera persona del plural, mejor.
En ese sentido, la palabra ‘avanza’ no está mal. Pero puede producir la sensación de que uno le está dando al prójimo la orden de que se ponga las pilas mientras permanece cómodamente sentado sobre su curul. ‘Avancemos’, en cambio, involucra al emisor del mensaje en el empeño y suena más democrático.
La cédula de sufragio que enfrentarán los electores en unas semanas está llena de intentos fallidos de esa receta. ‘Somos’ o ‘podemos’, por ejemplo, son verbos que cumplen con el requisito de estar en primera persona plural, pero no consiguen transmitir cabalmente la noción de movimiento o esfuerzo a la que antes aludíamos. ‘Vamos’ es, por cierto, una selección más afortunada.
Nosotros, sin embargo, nos rompimos la cabeza tratando de identificar un verbo que destacase aún más las ganas que hay que ponerle al impulso del país y creemos haberlo logrado. Pujemos Perú es el nombre, patriótico y plural, que hemos escogido para nuestra organización y estamos seguros de que nos llevará a la victoria.
Ya nos lo imaginamos escrito en letra cursiva sobre un fondo teñido de unos de esos colores eléctricos que le producen a cualquiera calambre en los ojos. El amarillo, el morado y el naranja están tomados, así que otro tendrá que ser. Alguno que resalte la noción de pujanza. Y luego le añadiremos el símbolo: un instrumento de trabajo o limpieza, como la lampa o la escoba que ya otros partidos han asociado a su imagen.
Nos queda claro, no obstante, que lo realmente importante para caracterizar nuestro movimiento no son estos elementos externos, sino las definiciones doctrinarias y programáticas. Ya estuvo bueno de esos clubes de aventureros que no dicen nada definitivo durante la campaña y luego promueven cualquier cosa –y si hace falta, también lo opuesto– cuando están acomodados sobre su escaño.
Lápiz y papel, entonces, que aquí vienen nuestro plan de acción y nuestros principios inmutables.
–Depende–
Como consideración preliminar, debemos anotar que nosotros pensamos que las categorías de izquierda y derecha para definir a un conglomerado político están superadas. En Pujemos Perú nos declaramos de centro. Claro que el centro solo es imaginable si se han ubicado primero la derecha y la izquierda. Pero ese es un problema distinto con el que lidiaremos en la ya antedicha pulida final de detalles.
Por otro lado, con respecto a la disyuntiva entre obstruccionismo y colaboración con el actual gobierno, ofrecemos una perspectiva novedosa: apoyaremos todo lo bueno, pero, eso sí, criticaremos lo malo.
¿Iniciativas concretas? Pensamos que hace falta incrementar el empleo formal y la productividad en el país, aunque sin tocar la legislación laboral existente. Estamos convencidos de que la minería es una actividad indispensable para el crecimiento económico, pero que, para poder desarrollarse, todo proyecto debe obtener previamente la licencia social (estamos en el proceso de averiguar en qué ventanilla la otorgan). Y suscribimos, finalmente, la tesis de que el único mecanismo eficaz para erradicar la discriminación y la violencia de género es la educación.
No queremos dejar de mencionar que estamos abiertamente en contra de la corrupción, la pérdida de tiempo en los atracones del tráfico y los aniegos. Y en lo que se refiere a la posibilidad de sacar a las Fuerzas Armadas a la calle para reforzar la seguridad, resumiremos nuestra posición en una palabra: depende.
Postdata: después de terminar la redacción de este manifiesto, nos enteramos de que lamentablemente las inscripciones de candidatos para las elecciones del 26 de enero ya están cerradas. No importa: participaremos en las próximas, porque queremos dejar sentado que forjar una nueva alternativa política no puede ser tan difícil. Todo esfuercito por la patria vale la pena. Pujemos, Perú.