¡Semana decisiva!, por Raúl Ferrero
¡Semana decisiva!, por Raúl Ferrero
Raúl Ferrero

Después del último debate entre los dos finalistas de la segunda vuelta electoral ocurrido ayer, Keiko Fujimori y Pedro Pablo Kuczynski (PPK), quien esté resagado en las encuestas, tiene menos de una semana para intentar atraer el voto del electorado que definitivamente está necesitando.

El éxito en la primera vuelta ha dado a Keiko Fujimori una aplastante mayoría en el Congreso. En la segunda vuelta, sin embargo, el mismo hecho debería quitarle los votos de quienes piensan que no es bueno que se concentre tanto poder en una sola fuerza política, por lo que se inclinarían a votar por su contrincante para lograr cierto balance de poderes, más aun si se tiene en cuenta el antecedente del gobierno autoritario de su padre, en el cual la candidata tuvo participación como primera dama.

Por otro lado, PPK exhibe una dirigencia variopinta, la cual, evidentemente, no ha mostrado la coordinación necesaria, aunque se le percibe como mejor preparado para manejar los complejos temas del gobierno que requieren de mucho oficio y experiencia, que él sí tiene por haber participado en altos cargos en el Poder Ejecutivo con distintos presidentes democráticos. De ser electo, esto debería facilitarle el logro de consensos, con un Congreso que en principio no le será favorable. A pesar de ello, no ha sabido conectarse bien con los sectores de menores ingresos.

A la lideresa de Fuerza Popular no la ha ayudado su decisión de conceder entrevistas solamente a medios cercanos a ella, que le han sido benévolos con las preguntas, ni el haber proporcionado, en algunos casos, diversas versiones sobre un mismo tema –tal como ha ocurrido con el financiamiento de sus estudios y los de sus hermanos–.

Sin embargo, Keiko Fujimori ha logrado un considerable nivel de apoyo en los sectores ciudadanos de menores recursos, gracias a sus continuas giras proselitistas al interior del país. Esto pese a que le ha afectado el escándalo suscitado por estar involucrado  Joaquín Ramírez en una investigación de la DEA, lo que ha forzado al secretario general de Fuerza Popular a dejar el cargo.

Es evidente que a PPK le será más fácil convencer a gente calificada para que colabore con él de resultar elegido, ya que si bien no despertó suficientes adhesiones con su mensaje y campaña, tal como lo muestra el resultado de la primera vuelta, sí podrá recoger el antivoto de su rival, en parte atribuible al gobierno autocrático de su padre.

Por otro lado, también es verdad que en los principales temas económicos las posiciones de los finalistas no se diferencian mayormente, lo que coloca a la izquierda en la difícil situación principista de decir que no votará por ninguna de las posiciones que han llegado a la final, pero que tampoco lo hará en blanco o viciado, lo cual resulta evidentemente contradictorio. Al parecer, finalmente preferirán optar por el que consideren menos perjudicial, inclinándose hacia el denominado voto crítico.

A estas alturas es muy poco el control o influencia que puedan ejercer sobre sus votantes las fuerzas políticas que no superaron la primera vuelta.

Hoy la prensa escrita, radial y televisada ejerce cada vez una mayor influencia, en especial esta última. De ahí la importancia de que los debates técnicos y en particular los presidenciales hayan sido debidamente cubiertos por ella, para que los ciudadanos directamente se formen su propio juicio. A esto se agregan hoy las redes sociales que vienen cumpliendo un papel cada vez más influyente y podrían resultar determinantes en la elección del nuevo presidente o presidenta de la República, así como luego, seguramente, serán una atenta tribuna para fiscalizar a quien resulte elegido.

Finalmente, no olvidemos que según el Jurado Nacional de Elecciones, el Instituto de Estudios Peruanos e Ipsos, el 22% de peruanos decide su voto el mismo día de las elecciones.