"La ciudadanía debe anotar este comportamiento oportunista y egoísta". (Ilustración: Giovanni Tazza).
"La ciudadanía debe anotar este comportamiento oportunista y egoísta". (Ilustración: Giovanni Tazza).
/ Giovanni Tazza
Juan José Garrido

En los últimos 60 años (1960-2019), el mundo ha decrecido solo una vez. En el peor momento de la gran crisis financiera desatada dos años antes, el mundo creció a una tasa de 1,67% en el 2009, luego de lo cual rebotaría a 4,30% y 3,14% los años posteriores. En aquel año, el Perú creció 1,10%, la tasa más baja desde el 2002. Aun cuando “la gran recesión” devino en un ajuste brutal en el valor de activos físicos y financieros, el mundo no paró un día de funcionar, de producir, de intercambiar. Es decir, las estructuras productivas se mantuvieron medianamente estables, y el modelo de desarrollo capitalista, aun cuando estuvo bajo amenaza, terminó resistiendo los embates. En los últimos 10 años, el crecimiento promedio global bordeó el 3%, el mejor decenio desde los ochentas.

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