El miércoles, la primera ministra Mirtha Vásquez anunció que 'verificarán' los cuestionamientos contra el ministro Luis Barranzuela. (Foto: GEC/PCM).
El miércoles, la primera ministra Mirtha Vásquez anunció que 'verificarán' los cuestionamientos contra el ministro Luis Barranzuela. (Foto: GEC/PCM).
Editorial El Comercio

Ayer, la reveló que el ministro del Interior, , fue abogado de los hermanos Aybar Cancho, condenados por tráfico de armas al haberle vendido a las FARC –con la anuencia de Vladimiro Montesinos– 10.000 fusiles AKM adquiridos en Jordania, en 1999. El hoy ministro asumió la defensa de los hermanos y de sus esposas en el 2014, cuando se les abrió a todos un proceso por lavado de activos provenientes del tráfico de drogas (y que terminó en una absolución que, no obstante, fue luego anulada por una sala superior).

Este destape fue mencionado horas después por , que recordó lo que establece la Ley 27815 sobre la idoneidad técnica y moral que se les exige a los funcionarios públicos, y sostuvo que “estos antecedentes hacen insostenible la continuidad del ministro”. “Exhortamos al Gobierno a tomar una decisión pronta al respecto”, complementó.

No es este, por cierto, el único cuestionamiento que ha surgido contra el titular del Interior. Dos días atrás, , tratamos de reseñarlos todos para explicar por qué Luis Barranzuela no debe seguir en el cargo. No solo por sus antecedentes, sino también por el daño que puede infligir desde tan encumbrada posición. De hecho, su gestión necesitó menos de siete días para cosechar sus primeros resultados: , Fidel Pintado, quien advirtió que “las acciones del actual ministro del Interior no están en sintonía” con la política nacional contra las drogas. “Por el contrario, da la impresión [de] que va en línea contraria”, alertó.

Por increíble que parezca, en el Gobierno han decidido tomarse el asunto con parsimonia. Consultada por este asunto, el miércoles, en conferencia de prensa, la presidenta del Consejo de Ministros, , aseguró que iban a “proceder a verificar esos cuestionamientos”. “Nosotros estamos pidiendo los descargos y, en base a eso, se hará una evaluación sobre el tema”, completó.

En honor a la verdad, no se entiende bien qué es lo que se necesita ‘verificar’ o ‘evaluar’ para descubrir lo que luce evidente a kilómetros de distancia; esto es, que Luis Barranzuela no puede continuar como ministro del Interior. ¿Qué inspección sesuda comandará el Ejecutivo para determinar que el señor Barranzuela contrató que viene encargándose de la defensa legal del congresista en el caso que este último tiene abierto por terrorismo? ¿Cuánto esfuerzo demandará corroborar que el ministro fue hasta la fecha de su designación , Guido Bellido y Perú Libre, o que días antes de enfundarse el fajín estuvo en el Vraem para que se opusieran a la erradicación de los cultivos ilícitos de coca? ¿Los convencerá el ministro de que sus que recibió durante su paso por la policía fueron porque era un estudiante rebelde?

Afirmó la ministra Vásquez, además, que hicieron una evaluación “de algunos requisitos básicos” de los ministros antes de nombrarlos. La realidad, sin embargo, es que no hacía falta rascar muy hondo para descubrir a quiénes llevaba consigo en el equipo ministerial. Todas estas sombras han sido reveladas por la prensa en apenas una semana y, de hecho, solo minutos después de que Barranzuela jurase el cargo el pasado miércoles, en las redes sociales ya se difundían los videos en los que este era presentado por Perú Libre como abogado del partido político. ¿Es que la ministra Vásquez no pudo comprobar esto? ¿No es acaso una irresponsabilidad no haber analizado a cada uno de los integrantes que les ha presentado a todos los peruanos y por los que pedirá el voto de confianza ante el Congreso?

Si la jefa del Gabinete Ministerial no tuvo el cuidado de evaluar a quienes aceptó dentro de su equipo, lo que correspondería es que lo reconozca y enmiende a la brevedad; no que se escude en una supuesta ‘evaluación’ que, al final, terminará descubriendo que el agua, en efecto, moja. Peor aún cuando cada día que pasa la gestión de Barranzuela le pasa factura al país.