Editorial El Comercio

Cuando en 1629 Calderón de la Barca estrenó su obra “Casa con dos puertas mala es de guardar”, la expresión que da título a la pieza teatral era ya conocida en España. Circulaba como un dicho para hacer notar que un inmueble –público o privado– con más de una vía de acceso resulta difícil de vigilar. Y eso es lo que parece haber confirmado el trabajo de la Unidad de Investigación de este Diario, que ha sacado a la luz los ingresos de una serie de visitantes a Palacio de Gobierno que no fueron registrados en el reporte oficial de Transparencia y que despiertan sospechas sobre las razones por las que tales concurrencias prefirieron ser mantenidas en la sombra.

Todas ellas, hay que precisar, se produjeron a través de la puerta seis de la Casa de Pizarro, conocida también como “Puerta Garita”, que está reservada, supuestamente, para asuntos domésticos. No parece, no obstante, que esa haya sido la naturaleza de las materias que podrían haber sido planteadas al inquilino de Palacio por varias de las personas que se valieron de esa vía para acceder a la sede del poder, pues todas ellas tenían vínculos con temas que ahora están bajo pesquisas de la fiscalía o la prensa.

El primer dato que apunta en ese sentido fue el difundido con respecto a que, entre agosto y noviembre del año pasado, los sobrinos del jefe del Estado y Gian Marco Castillo, comprendidos en una investigación del Ministerio Público por su presunta pertenencia a una red criminal que orientaba licitaciones desde el Ministerio de Transportes y Comunicaciones, usaron esa puerta 43 veces. Como se recuerda, al primero de ellos se le ha dictado una orden de prisión preventiva que hasta ahora ha logrado evitar al haberse dado a la fuga.

A esa información inicial se agregó ayer otra, igualmente inquietante: entre setiembre y noviembre del año pasado, distintos vehículos relacionados a los empresarios chotanos , Alejandro Sánchez y Tania Peralta por la referida puerta. En lo que concierne a Silva, dueño de la clínica La Luz y supuesto reclutador del exgerente de Petro-Perú (ahora bajo investigación por una acusación de colusión en el favorecimiento al empresario Samir Abudayeh con una licitación para la compra de biodiésel), tres automóviles vinculados a él ingresaron por la “Puerta Garita” en ocho oportunidades. Una de ellas, solo un día antes de que Chávez acudiera a Palacio para entrevistarse con el mandatario, mientras el propio Silva se hallaba también en el lugar.

Por otra parte, entre los ingresos ahora bajo la lupa figuran también cuatro que corresponden a un automóvil de propiedad de Tania Peralta (medio hermana del dueño de la ya famosa propiedad del pasaje Sarratea, Alejandro Sánchez). Hay asimismo otro vehículo de Aldalab Perú S.A.C., que pertenece a su vez a los hermanos ya mencionados y que ingresó por la puerta que nos ocupa el 21 de agosto pasado.

Alejandro Sánchez, por otra parte, tiene otra concurrencia a Palacio no transparentada. Esta ocurrió el 15 de setiembre y junto a él estuvo el alcalde de Anguía (Chota), José Medina Guerrero.

Lo cierto, a fin de cuentas, es que todos estos episodios dejan el mismo sabor que el de las furtivas visitas del presidente a la vivienda de Breña. Podría decirse que si el mandatario ya no podía ir a Sarratea, Sarratea iba a donde él…

Por supuesto, la sola circunstancia de que la presencia de las personas enumeradas haya procurado ocultarse levanta las peores sospechas sobre la concertación de eventuales hechos ilícitos. Y, en cualquier caso, como el secretario general de la asociación Transparencia ha puntualizado, existen aquí faltas a la ley de transparencia y gestión de intereses, según la cual los funcionarios y las entidades públicas están obligados a llevar registro de las visitas que reciben y los motivos de las mismas.

Felizmente, en esta época, las casas con dos o más puertas ya no son tan difíciles de guardar, así que, como en tantos otros asuntos preocupantes, esperamos respuestas prontas y oficiales sobre esta materia.

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