Moody's: mayor inversión pública dinamizaría economía local
Moody's: mayor inversión pública dinamizaría economía local
Redacción EC

A la administración nacionalista le quedan 13 meses al frente del Estado. En el aspecto político, el gobierno de necesita demostrar fiabilidad en sus actos para que el país tenga la seguridad de que todos ellos están encaminados a la preservación de la democracia y sus instituciones, y transparencia para evitar sismos internos que vuelvan a poner en jaque a buena parte del nuevo Gabinete.

En el aspecto económico, como ha mencionado este Diario en anteriores editoriales, el oxígeno político del que goza la actual administración para ensayar reformas estructurales es limitado. 

Por un lado, el apoyo del que dispone en el Legislativo es débil. Esta situación se evidenció tras la apurada promulgación del decreto de urgencia para elevar el límite máximo del déficit fiscal ante la demora del Congreso, y la dilación –aún vigente– en la aprobación de los proyectos de ley enviados por el Ejecutivo en noviembre para agilizar los proyectos de infraestructura y las licencias ambientales.

Por otro lado, el capital político y la capacidad de movilización que le resta al gobierno del señor Humala pueden ser insuficientes para ensayar los cambios de fondo necesarios para reactivar los motores de la economía. Después de todo, si la tibia modificación del régimen laboral que suponía la llamada ’ fue rechazada por el populismo de las fuerzas políticas, difícilmente se puede esperar que medidas más trascendentes sean implementadas.

Todo ello no quiere decir que el margen de acción sea nulo y que lo mejor que puede hacer el gobierno es mantener la economía en piloto automático hasta julio del próximo año. El último paquete reactivador propuesto por el , la semana anterior, es una muestra de que aún quedan batallas pendientes.

Destacan aquí las rebajas de los aranceles de la franja de precios al azúcar, maíz y leche, medida por la que este Diario se había manifestado a favor. Como se recuerda, las familias peruanas han pagado un sobrecosto equivalente a S/.4.000 millones al año para adquirir diversos productos que van desde pollos y carnes hasta chocolates y galletas. 

Por su parte, la exoneración de descuentos de las gratificaciones de julio y diciembre y la flexibilidad en la disposición de la CTS son medidas efectivas para poner más dinero en los bolsillos de la gente. No obstante, pese a cumplir parcialmente con su objetivo, las exoneraciones son un recurso que juega en contra de la predictibilidad en el financiamiento del sistema de salud pública (no se paga por ) y de fondos de pensiones (no se aporta a la AFP).

Si se desea poner más recursos a las familias, existen otras medidas que el gobierno podría considerar y para las cuales tampoco se necesita de gran capital político. Una es ocuparse de trasladar la caída en el precio de los combustibles a los consumidores. Si bien su precio ha caído S/.6 en promedio en los últimos ocho meses, aún queda margen para reducir lo que pagan los consumidores, dada la caída en el valor internacional del crudo de más de 50% en el último año.

Otra alternativa es subir el umbral a partir del cual las personas empiezan a pagar Impuesto a la Renta. A la fecha, ingresos anuales inferiores a siete UIT (S/.26.950) no están afectos a ese tributo. Estimados económicos apuntan a que el umbral bien podría subirse a ocho o nueve UIT sin afectar demasiado la recaudación. 

Hasta aquí, solo medidas orientadas a impulsar el consumo privado. Desde el lado de la inversión pública el gobierno bien podría, por ejemplo, acelerar la inversión en infraestructura educativa agrupando varios colegios con necesidades urgentes para realizar concesiones que bien podrían ser de hasta US$1.000 millones cada una. Otra alternativa es potenciar el mecanismo de obras por impuestos, sobre todo en gobiernos subnacionales. 

Finalmente, mejorar el ambiente de negocios y dar mayor estabilidad a la inversión privada debería ser, hoy más que nunca, una prioridad que, más que capital político, necesita voluntad política.

En fin, los caminos a seguir para no dejar a la economía languidecer son múltiples. El MEF hace bien en demostrar que aún tiene interés y vigor para emprender algunos proyectos que están a su alcance. La mala noticia es que estas medidas posiblemente no serán suficientes; la buena noticia es que, con algo de creatividad y voluntad, aún quedan varias iniciativas factibles por implementar.