CTS: Thorne dice que el MEF ya diseña un seguro de desempleo
CTS: Thorne dice que el MEF ya diseña un seguro de desempleo

Durante una entrevista televisiva el último domingo, el ministro de Economía, Alfredo Thorne, hizo una serie de revelaciones cuyo impacto probablemente no avizoró del todo en ese momento. A la hora de justificar por qué había ratificado a la viceministra de Hacienda, Rossana Polastri, pese a sus críticas previas a la gestión del MEF en el gobierno anterior, el economista aseveró primero que ella “paró una serie de cosas [en el MEF], al punto que ella no iba a las reuniones con Nadine Heredia. Había sido bloqueada de las reuniones”, y confirmó luego que, en contraste, el ex titular del MEF (Alonso Segura) y el otro ex viceministro (Enzo Defilippi) sí participaban en dichos encuentros.

Los destapes no quedaron ahí, sino que se incrementaron en gravedad, pues cuando se le interrogó si la ex primera dama tenía injerencia en las decisiones del MEF –a raíz de lo que acababa de manifestar– respondió: “Lo que yo entiendo, no tengo ninguna foto de que eso pase, pero tengo sospechas de que sí. No solamente eso sino que Nadine Heredia había puesto mucha gente dentro del MEF”, gente “de su confianza” y que “le rendía cuentas”. “Esa gente ha salido del MEF conmigo”, concluyó el ministro, marcando distancia con las presuntas antiguas prácticas del ministerio que ahora él dirige.

A estas confesiones de grueso calibre le siguieron un conjunto de reacciones de no menor dimensión. Por un lado, el ex viceministro Defilippi negó rotundamente que él hubiera participado en reunión alguna con la señora Heredia; mientras que el ministro Segura reconoció que sí se había reunido con ella pero en su condición de presidenta del partido nacionalista, al igual que lo hizo con otros líderes políticos. Asimismo, en cuanto a la afirmación de que Nadine Heredia había colocado a gente en el MEF, conminó al nuevo titular a que se retracte o dé nombres de tales funcionarios.

Quien también reaccionó rápido fue el presidente Pedro Pablo Kuczynski, quien esta vez tuvo que atemperar él las declaraciones polémicas ajenas e intentó poner paños fríos al asunto calificándolo de un “malentendido” y mostrando su admiración por ambos economistas en controversia. Y como quien ha tomado conciencia del embrollo que había generado, el ministro Thorne también morigeró su discurso: “Solo tengo sospechas de las reuniones mencionadas y ratifico que no tengo prueba o evidencia. Si algún funcionario o ex funcionario se ha sentido aludido por mis palabras, no fue mi intención hacerlo”.

Intencionalmente o no, lo cierto es que la ligereza con la que se expresó inicialmente el ministro Thorne justificaba la indignada réplica de quienes habiendo trabajado en el MEF salieron con el cambio de gobierno, y que, a la sazón de sus comentarios, se convertían en sospechosos de haber trabajado bajo el encargo de la ex primera dama. Y al resto de personas nos quedó la preocupación de que, más allá de las modulaciones posteriores, un ministro de Estado pudiera lanzar una acusación tan seria como para ser formulada sin la evidencia que la respalde (o sin poder mostrarla).

Ello no quiere decir que su declaración no pudiera tener algún asidero. Después de todo, episodios como el de la “luz verde” que la ex primera dama habría otorgado al entonces ministro de Defensa Pedro Cateriano, para compras en su sector, o el del desencuentro con el entonces primer ministro César Villanueva sobre el tema del salario mínimo y que desembocó en la renuncia de este último, podrían prestarle cierta verosimilitud a la denuncia. 

El problema, más bien, consiste en que cuando este tipo de afirmaciones no se encuentran debidamente sustentadas, terminan por banalizar un asunto que nada tiene de anodino. Y a la par mellan la credibilidad de un ministro que, por la propia naturaleza de su función, debería cuidarla como uno de sus principales activos.