Editorial: Los otros ‘opinólogos’
Editorial: Los otros ‘opinólogos’

La palabra ‘opinólogo’ no figura en el diccionario pero es usada con frecuencia por los políticos cuando quieren devaluar las críticas que columnistas y periodistas les dedican en los medios. Los biólogos y arqueólogos son especialistas en un particular campo del conocimiento humano, más o menos objetivo: la biología o la arqueología. La ‘opinología’, en cambio, no existe. Y eso es así porque la opinión no constituye un ‘logos’ y es por definición subjetiva. Llamar entonces ‘opinólogos’ a un grupo de personas es sugerir que quienes lo integran son especialistas en nada, diletantes respecto de los temas que abordan y, en última instancia, individuos que hablan sin fundamento.

Lo curioso, no obstante, es que este calificativo con el que los políticos buscan a veces desvirtuar a sus críticos puede en ocasiones venirles también a algunos de ellos como anillo al dedo. Como ahora que la fiscalía y la empresa Odebrecht han alcanzado un acuerdo en el contexto de la investigación que se le sigue a esta por las coimas que pagó a los funcionarios de distintos gobiernos en nuestro país, y congresistas y líderes de diversos sectores políticos se han sentido llamados a lanzar al respecto observaciones de enjundia debatible.

Como se sabe, este acuerdo determina que la empresa brasileña entregue al Ministerio Público información relevante sobre la investigación en curso y también S/30 millones como adelanto de devolución de las ganancias ilícitas que obtuvo (cuyo monto exacto deberá establecerse en el proceso penal posterior). Y si bien ese convenio puede ser objeto de razonables cuestionamientos (como, por citar un caso, los que plantea el hecho de que en ningún momento se nos diga qué obtendrá Odebrecht a cambio de lo que ofrece), los que han florecido en boca de la clase política local no parecen ajustarse precisamente a esa descripción.

El legislador y vocero de la bancada de Fuerza Popular, Luis Galarreta, por ejemplo, ha dicho que “es una vergüenza que el fiscal venda esto como una gran noticia”, porque lo que hay de por medio es “un tema moral, en el que hay ex presidentes cuestionados”. De donde tendríamos que concluir que todos los ‘plea bargain’ (acuerdos de reducción de sentencia o de delación compensada), una herramienta que ha demostrado ser muy eficiente en el mundo para encausar y sancionar el crimen, son inmorales. ¡Abajo, pues, la colaboración eficaz!

Su colega de Acción Popular Víctor Andrés García Belaunde, por otra parte, ha clamado que “recibir 30 millones de soles, cuando están en juego 400 millones dólares, es muy poco dinero”. Una aseveración que ignora lo que tan cuidadosamente se ha subrayado en el comunicado del Ministerio Público: que se trata simplemente de un adelanto. “Dicho monto en ningún caso debe entenderse como la cuantificación total (de la devolución de las ganancias ilícitas), la que se determinará en el acuerdo final, ni tampoco se encuentra vinculado a la reparación civil”, reza el texto de ese comunicado.

El popular ‘Vitocho’, sin embargo, no se encuentra solo en esta desorientada queja. Lo acompaña, a su manera, la ex candidata presidencial del Frente Amplio, Verónika Mendoza, quien ha sentenciado que los 30 millones constituyen “una suma irrisoria frente a los US$29 millones que Odebrecht ya reconoció que pagó en coimas para obtener beneficios por más de US$143 millones”. Y también, por cierto, el presidente Pedro Pablo Kuczynski, quien dijo el viernes con referencia a la empresa brasileña: “Ya han devuelto 30 millones, pero por lo menos que sean 90 millones, que son las coimas”.

Ante eso, cabe preguntarse, ¿cuál es el matiz de la palabra ‘adelanto’ que no entendieron? ¿Es inevitable que las oportunidades de lucir intransigentes en su sed justiciera despierten esta locuacidad sin sustancia en quienes buscan siempre y a cualquier precio la aprobación de los votantes?

Habrá que estar atentos a lo que opinen los ‘opinólogos’ acerca de estos inesperados colegas que les han surgido de pronto.