Este mes se han cumplido cinco años de la entrada en vigencia del tratado de libre comercio (TLC) con Estados Unidos. Y por el contrario de lo que señalaban sus críticos al momento de su celebración, el Perú se ha beneficiado tremendamente con este acuerdo.
El TLC, en buena cuenta, demostró los enormes beneficios del comercio internacional libre y, al mismo tiempo, probó que era cierto lo que decía Henry George: el proteccionismo nos enseña a hacernos a nosotros mismos en tiempos de paz lo que nuestros enemigos buscan hacernos en tiempos de guerra.
En los últimos cinco años, nuestras exportaciones a Estados Unidos han aumentado en 25%; en el 2008 eran de US$5.368 millones y para el 2013 ya representaban US$7.300 millones. Esto, a pesar de la complicada crisis económica que afrontó ese país y que redujo considerablemente su demanda por productos extranjeros.
Uno de los sectores que más se ha beneficiado con el TLC en el pasado lustro es el no tradicional, que desde el 2008 ha crecido un 40%. Dos ejemplos estupendos de este rubro son las exportaciones pesqueras con valor agregado que han crecido en 156% y las exportaciones de productos siderúrgicos y metalúrgicos, que han aumentado en 161%.
Otro de los sectores que también ha sido ampliamente beneficiado es el sector agropecuario. Un sector que, dicho sea de paso, los activistas anti-TLC profetizaban sería destruido si se firmaba el acuerdo. Estos últimos cinco años, por supuesto, mostraron que no tenían razón. Gracias al TLC, el 90% de los productos agropecuarios ingresa libre de aranceles a Estados Unidos y las exportaciones de este sector pasaron de US$576 millones en el año 2009 a US$1.040 millones al cierre de 2013; incrementándose así en un 80%.
En estos cinco años, además, ha crecido el número de pymes que colocan sus productos en Estados Unidos. En el 2008, envíos de 576 de estas empresas llegaban a tierras estadounidenses. Para el 2013, este número aumentó a 801, y el valor de sus exportaciones pasó de US$191 millones a US$334 millones.
El TLC, asimismo, le ha permitido grandes ahorros a los empresarios peruanos. Como ahora casi el 100% de nuestros productos ingresa a Estados Unidos sin aranceles, los exportadores de nuestro país se han ahorrado US$996 millones en este tipo de pagos. En efecto, de febrero del 2009 a noviembre del 2012, en Estados Unidos se pagó US$23 millones en aranceles, en lugar de los US$1.019 millones que se hubieran tenido que pagar de no tener el TLC.
No obstante, a pesar de toda esta evidencia sobre los beneficios de abrir nuestra economía, muchos de quienes se oponían al TLC siguen siendo reacios a los nuevos esquemas de integración que tenemos en frente. Es el mismo discurso y son las mismas voces las que lo repiten, nada más que hoy arremeten también contra otras iniciativas como la Alianza del Pacífico.
Afortunadamente, parece que el gobierno no está escuchando a dichas anacrónicas voces, pues luego del cambio de ministro se retomó la agenda de apertura comercial, se está impulsando la Alianza del Pacífico, y se busca nuevos acuerdos con países como India, Rusia y Turquía.
Ojalá que al gobierno no se le acabe esta viada y no deje pasar otras oportunidades que también son muy interesantes. Según el reciente ránking de potenciales socios comerciales elaborado por “Perú Económico”, por ejemplo, Malasia es el principal destino potencial de las exportaciones peruanas y el tercer país en la lista de proveedores potenciales (si se tiene en cuenta aspectos como los productos que ofrece y demanda, los costos de transporte desde el Perú o su clima político y económico). Sería interesante explorar mecanismos para acercar nuestro comercio aun más a destinos que a veces no son los primeros que aparecen en nuestro radar, pero que pueden ser grandes aliados comerciales.
Se estima que el conjunto de acuerdos de libre comercio que tenemos ha permitido que 2.800 empresas se sumen al sector exportador. Está en las manos del gobierno seguir por este camino.