Martín Vizcarra se desempeña actualmente como embajador en Canadá. (Foto: Archivo El Comercio)
Martín Vizcarra se desempeña actualmente como embajador en Canadá. (Foto: Archivo El Comercio)
Editorial El Comercio

 Aunque todavía Fuerza Popular (FP) no ha anunciado una posición formal al respecto, son cada vez más los integrantes de la bancada que se muestran convencidos de que acabarán respaldando la nueva iniciativa para vacar al presidente Kuczynski. Como en la vez anterior, además, adelantan que su intención es apoyar luego al vicepresidente Martín Vizcarra para que asuma el poder, de acuerdo con el orden institucional.

“Respetaremos el orden sucesorio que manda la Constitución y respaldaremos al primer vicepresidente de la República para que asuma el mando de la nación”, declaró el vocero de esa bancada, Daniel Salaverry, en diciembre último, poco antes de que se votara la primera moción de vacancia. Y ahora el vocero alterno del grupo parlamentario, Héctor Becerril, ha ido más allá, expresando incluso un cierto entusiasmo ante la posibilidad de que Vizcarra tome las riendas del gobierno. 

Según él, en efecto, el primer vicepresidente no solo sería “la solución” al problema que enfrenta el país por los cuestionamientos al jefe de Estado a raíz de sus vínculos con Odebrecht, sino también “una alternativa mucho mejor” que el mandatario, a la que ellos de buen grado dejarían culminar su mandato. “Hay mucha más confianza en él que en un presidente corrupto que no quiere declarar [ante la Comisión Lava Jato]”, ha enfatizado. 

Llevados por el afán de remover al actual mandatario, sin embargo, en el fujimorismo parecen olvidar lo inadecuado que, hace menos de un año, encontraban a Vizcarra para ejercer siquiera el ocasional remplazo del presidente Kuczynski cuando este tuviese que viajar fuera del territorio nacional.

Pero hagamos memoria. En realidad, en mayo del año pasado, cuando la crisis desatada en torno al contrato con Kuntur Wasi para construir el aeropuerto de Chinchero y su fallida adenda alcanzó un clímax que llevó a Vizcarra a renunciar a la cartera de Transportes y Comunicaciones, fueron muchas y muy representativas las voces del conglomerado naranja que se alzaron para demandar que se apartase también del cargo de vicepresidente. 

El propio Becerril, para empezar, consideró que el jefe de Estado debía ‘evaluar’ esa posibilidad. Y en el mismo sentido se manifestó el congresista Miguel Torres. Pero hubo otros miembros de la bancada que llevaron la propuesta bastante más lejos. 

La legisladora Rosa Bartra, por ejemplo, señaló: “Cuando decimos que no se puede ceder a la corrupción y tenemos la plena consciencia de que el ex ministro de Transportes también es el vicepresidente, entonces, manteniendo la coherencia, creo que debería seguir la misma línea, ¿no? Debería renunciar también”. Mientras que Daniel Salaverry sentenció: “Una persona que está involucrada en este tipo de irregularidades en ‘megaobras’ no puede estar a cargo de un país. Cuando el presidente de la República sale del país, ¿a quién deja a cargo del despacho presidencial? Yo creo que no basta con la renuncia al Ministerio de Transportes; creo que el presidente debería exigirle su renuncia a la vicepresidencia”. 

Y por último, el actual presidente del Congreso, Luis Galarreta, anotó: “Hemos tenido un señor [Omar] Chehade que renunció por menos y un señor Raúl Diez Canseco que renunció por mucho menos”.

Por supuesto, la demanda no prosperó en ese entonces; entre otras cosas, por la sencilla razón de que una decisión de ese tipo no estaba en manos del Legislativo. Convertido en presidente ante la eventual vacancia de PPK, en cambio, la permanencia de Vizcarra en el puesto sí estaría sometida a la opinión que de ella tuviera la representación nacional y, particularmente, su primera mayoría. ¿No sería posible en esas circunstancias que de pronto esta recordase las reticencias –fácilmente traducibles a los criterios que ahora se manejan a propósito de la ‘incapacidad moral permanente’– que el personaje en cuestión les inspiraba solo nueve meses atrás?  

Si los parlamentarios de FP citados líneas arriba estaban realmente convencidos de lo que dijeron entonces, se diría que sí… Y en consecuencia las ‘maquinitas’ de hoy fácilmente podrían transformarse en nuevos pedidos de vacancia y el escenario de un adelanto de elecciones presidenciales, que no todos estiman indeseable, estaría peligrosamente cerca. 

Nada hay tan tornadizo como una barra con agenda propia.