España se aprestan a celebrar el centenario del pintor Doménico Theotocopoulos, más conocido como El Greco, revalorado en nuestros días. Aunque en su tiempo debió estar en boga y tener admiradores, la telaraña del olvido se había posado en sus cuadros ubicados en viejas iglesias toledanas. La reacción espiritualista del arte, en el último tercio del siglo XIX, sacó a El Greco de su penumbra mística y fue aclamado como un dios por los artistas sentimentales. Hoy los anticuarios cobran precios fabulosos por las telas del pintor griego.