La Cámara de Senadores acaba de aprobar el proyecto de conscripción vial, por el que todos los habitantes de la república quedan obligados a contribuir en la obra de los caminos nacionales mediante cierto número de jornales al año. Simultáneamente a la construcción de caminos en todo el país, el Estado podría comprar decenas de camiones que, distribuidos en los distintos departamentos, harían posible el traslado de productos agrícolas o pecuarios a los mercados a la vez que también podrían llevar de estos diversos elementos destinados al progreso rural.