Si una lanchita con un pequeño motor pudo atravesarlo, dice Mesones, no cabe duda de que una lancha grande con motor poderoso también lo puede lograr. (Ilustración: Giovanni Tazza)
Si una lanchita con un pequeño motor pudo atravesarlo, dice Mesones, no cabe duda de que una lancha grande con motor poderoso también lo puede lograr. (Ilustración: Giovanni Tazza)
Hace 100 años

Recibimos una interesantísima carta del explorador M. Antonio Mesones Muro donde relata la serie de coincidencias, muy raras algunas, que rodearon el paso de la lanchita-automóvil Victoria por el célebre Pongo de Manseriche, el 21 de setiembre de 1918. Si una lanchita con un pequeño motor pudo atravesarlo, dice Mesones, no cabe duda de que una lancha grande con motor poderoso también lo puede lograr, siempre y cuando el que la mande conserve la sangre fría y no se atolondre ante lo grandioso, sombrío y agreste del paisaje que rodea al pongo.

H.L.M.