(Ilustración: Giovanni Tazza)
(Ilustración: Giovanni Tazza)
Hace 100 años

En 1914, antes del inicio de la Gran Guerra, el tango argentino ya había conquistado largamente las principales capitales del mundo. Se bailaba en París, Londres, Moscú y Roma. La guerra trajo destrucción y muerte, y la música calló. Con la paz regresa el tango y junto con él el foxtrot de los norteamericanos. Desde el Vaticano, un comunicado dice: “Monseñor Amette ha hecho pública una pastoral donde prohíbe absolutamente que los fieles dancen el tango y el foxtrot, aun a aquellas personas que creen que los pueden bailar en forma decorosa”. H.L.M.

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