Paul Deschanel fue elegido presidente de Francia por la Asamblea de Versalles. Su elección sorprendió a todo el mundo, pues se suponía que Clemenceau sería aclamado presidente. Deschanel es figura de perfil bajo. Clemenceau es astro de primera magnitud, figura suprema que la historia agigantará y que las futuras generaciones verán cómo hoy contemplamos a los grandes mandatarios que han tenido los pueblos en sus horas más graves y en sus momentos decisivos. Clemenceau no ha perdido con la intriga que le arrebató la presidencia. Su gloria es mucho más que eso.
H.L.M.