El periodista César Falcón escribe desde París: “En el Barrio Latino no hay apóstoles. Los maestros dicen lo que saben. Los discípulos aprenden y discuten, y aceptan lo que les conviene. Por esto es el Barrio de los revolucionarios. Donde se refugian centenares de cerebros libres y pujantes, ávidos por imponer una idea, por trasparentar un matiz, por urdir una armonía. Un día París, el de los bulevares y el de Montmartre y el de la Concordia y los Campos Elíseos, se estremecerá ante un grito que pida arrasar el viejo orden de ideas existente”.
H.L.M.