La carátula de El Comercio del 28 de julio fue enviada desde Panamá, donde está asilado políticamente Miguel Miró Quesada. Al llegar la correspondencia donde venía la obra del colega ausente, hemos sentido la impresión de que algo así como una arteria pletórica de cariño se hubiera roto para alegrar las largas, tristes horas, que sufrimos quienes esperamos al compañero inteligente y querido que tiene un lugar muy especial en nuestro corazón. Miguel sabe de nuestros sentimientos, de todo lo que ha sembrado con su nobleza y generosidad que nada y nadie podrá desvirtuar.
H.L.M.