1921: Un monumento necesario

Londres y París han elevado monumentos suntuosos al héroe anónimo, al héroe cuyo espíritu, millones de veces, libró las grandes batallas sangrientas y triunfales en favor de la democracia durante la última guerra. El Perú ha tenido miles de héroes ignorados, miles de “soldados anónimos”, miles de hombres que se entregaron voluntariamente al más noble de los sacrificios: el sacrificio de la propia vida, hecho tan solo por el honor y sin la esperanza de victoria para la causa por la que morían. Angamos, Arica, San Juan, Miraflores, son prueba de ello.

H.L.M.