Este adjetivo de origen argentino es reciente en nuestra lengua familiar, con usos negativos: se aplica a una persona que no ejerce bien su trabajo, o a algo falso o de mala calidad. Véase un titular de la revista limeña Caretas: “Aportes truchos”, en el que se afirma que la “Congresista Natalie Condori reportó falsos financistas de su campaña parlamentaria” (21/8/2014). Trucho, -a se documenta en el DRAE 2014 solo como uso de Argentina y el Uruguay.