BCR: Economía habría crecido "algo menos" del 4% en 2016
BCR: Economía habría crecido "algo menos" del 4% en 2016
Enzo Defilippi

Si hay algo que reconocerle al gobierno es que cuando dice que va a hacer algo, lo hace. Inclusive cuando la idea es mala, como la de aumentar el drawback de 3% a 4%.

El drawback es la devolución de los aranceles pagados por importar insumos usados en la producción de exportaciones no tradicionales. La idea es evitar deteriorar nuestra competitividad exportando impuestos. Hasta allí todo bien.

El problema es que el monto que el Estado Peruano reembolsa a los exportadores no tiene nada que ver con los aranceles realmente pagados. Lo que se ‘devuelve’ es un porcentaje del valor de lo exportado, que es varias veces mayor que lo pagado en aranceles. Es la charada del drawback. Es un subsidio, todos saben que es un subsidio, pero nadie lo llama subsidio. Oficialmente es una ‘devolución de impuestos’.

Otra cosa que todos pretenden ignorar es que no funciona. En efecto, a pesar de que el mecanismo del drawback se viene implementando desde 1995, no existe evidencia de que tenga impacto alguno en los volúmenes exportados (a diferencia del tipo de cambio, la demanda mundial y las ganancias de productividad, que diversos estudios señalan como determinantes). Con el aumento, serán S/800 millones los que se transferirán anualmente de nuestros bolsillos a los de unos cuantos empresarios con la excusa de promover algo que todos sabemos que no promueve. ¿Por qué continuar con la charada?

¿Y quiénes son esos empresarios? ¿Son los más innovadores, los que más generan empleo formal o los dueños de las empresas con recursos más limitados? No. Como todo subsidio ciego, el drawback no discrimina entre quienes necesitan ayuda y quienes no. El resultado es que se termina subsidiando a los peruanos que más tienen. 

Entre quienes sí discrimina es entre empresarios. Los que venden en el mercado local no reciben ninguna devolución de impuestos, real o imaginaria.

La coyuntura tampoco es la más adecuada. Hace unas semanas el gobierno emitió un decreto supremo para limitar el gasto público, lo que obliga a todos los ministerios a hacer ajustes en sus presupuestos. Se trata de una medida razonable y responsable, teniendo en consideración que se viene recaudando menos de lo que era previsible hace un año. ¿Pero tiene sentido aumentar el subsidio entregado a algunos empresarios al mismo tiempo que se recorta el siempre insuficiente gasto en seguridad, salud o educación? Yo creo que no, y que lo que esta medida revela es la necesidad de repensar las prioridades y consistencia de la política económica del gobierno.

Por otro lado, S/800 millones anuales es mucho dinero comparado con los presupuestos con los que cuenta el Ministerio de la Producción o el de Comercio Exterior para ejecutar programas con impacto sobre nuestra competitividad exportadora. Con este monto, por ejemplo, se podría crear un Fondo Mipyme todos los años o multiplicar por 25 el Programa de Apoyo a la Internacionalización, y aún sobraría dinero.

De acuerdo con el diccionario de Oxford, la palabra inglesa ‘drawback’ puede significar una devolución de aranceles o el problema o desventaja de hacer algo. Lástima que sigamos jugando a que significa lo primero, cuando bien sabemos que significa lo segundo.