El Perú se ha convertido en una bomba de tiempo. Tenemos un presidente con seis carpetas fiscales que involucran a su círculo familiar y a ministros de Estado, que ha sometido al país al mayor número de conflictos sociales e inestabilidad en la gestión pública; y también tenemos un Congreso con representantes cuestionados por corrupción y abuso sexual. Ambos poderes se han enfrascado en un enfrentamiento que ha agudizado la crisis política.
Frente a este panorama, el proyecto de ley Nos Vamos Todos se presenta como la única solución para salir de esta crisis. Lamentablemente, esta iniciativa que plantea el recorte del mandato presidencial, del Congreso y del Parlamento Andino, y que permite al electorado elegir a sus nuevos representantes, parece no tener prioridad.
Esta semana, luego de más de 120 días de haber sido presentada ante la Comisión de Constitución, el actual presidente de este grupo, Hernando Guerra García, no la mencionó como una prioridad para su gestión. Asimismo, el congresista Jorge Montoya ha desinformado a la población sobre los tiempos de aplicación. Una campaña que parece estar motivada por el interés de permanecer en sus cargos pese al vergonzoso 81% de desaprobación que tiene el Parlamento en las últimas encuestas.
Hoy debemos entender que la población nos eligió para representar sus intereses y por ello debemos tener la dignidad de irnos si de por medio está el futuro del país. Los líderes políticos tienen la oportunidad de demostrar de qué lado están. El Perú está esperando que nos vayamos todos.